GOLPEAR A LOS PADRES.
En 2014, en Baleares, el 13’9% de los jóvenes que ingresaron en
centros de internamiento lo hizo tras una denuncia de malos tratos interpuesta
por sus padres. Una tendencia al alza, según la directora general de Familia y
Menores, Apolonia Socias. Y eso que a los padres les cuesta mucho denunciar a
sus hijos por malos tratos.
Otro aspecto a tener en cuenta, añade, es que no provienen de
familias desestructuradas porque ya no es así, ahora son adolescentes de clase
media.
Cualquier persona, y más si ha sido hijo y padre, queda
impresionada por estos hechos. Yo viví una época difícil, como la gran mayoría
de mi generación. Aunque tuve lo más importante, el cariño de mis padres,
alimento, vestido y educación, no dispuse- como muchos- de los caprichos que
hoy son corrientes en nuestro tiempo. Su carencia no hizo que quisiera menos a
mis padres, ni les faltara al respeto. El que, a veces, me enfadara porque no
accedían a mis deseos nunca puso en cuestión algo tan esencial y tan ‘natural’,
al menos para mí. Y creo no equivocarme si digo, para todos, o casi todos, mis
compañeros de colegio.
Me alegro, aunque sea una triste alegría (valga el oxímoron) de
que los adolescentes que pegan a sus padres provengan de la clase media. Es
decir, ya no proceden solamente- como era el tópico- de familias
desestructuradas. Esto tiene su importancia. Si pasamos de esta lacra familiar,
a la lacra del terrorismo, hay una fuerte tendencia a decir que los terroristas
proceden de zonas pobres. Con otras palabras, los terroristas serían gentes,
digamos, ‘desestructuradas’. Viniendo a decir que si se tratara de gente que
come bien y que viste bien, no se dedicarían al terrorismo. Algo parecido a los
hijos ‘desestructurados’.
Pues bien, no importa irse muy lejos para darse cuenta de que no
es así. En España, el País Vasco ha sido, tradicionalmente, o la región más
rica, o una de las más ricas. Y de ahí ha venido el terrorismo de ETA, con sus
más de 900 asesinatos, secuestros y extorsiones aparte. Aunque duró menos
tiempo y tuvo menos consecuencias dramáticas, Terra Lliure fue un grupo
terrorista de otra zona rica de España, Cataluña. Es decir, los terrorismos
hispanos han procedido de las dos regiones más ricas de España.
Si en vez de contemplar España contemplamos el mundo, podemos
centrarnos, a título de ejemplo, en uno de los países más pobres de África y
del mundo, Burkina-Faso. Que se sepa no hay, ni ha habido terrorismo. Por
tanto, deberíamos revisar esta típica idea de que son terroristas- o maltratadores-
porque son pobres.
¿A qué viene esta equivocada idea? A la tendencia progresista
que culpa de todos los males al capitalismo que, por definición, es salvaje.
Por tanto, el capitalismo crea pobreza, y la pobreza crea terrorismo. Para
evitar pobreza y terrorismo hay que acudir al socialismo redentor. Esta es la
idea subyacente y, a veces, expresa. Pero es una idea equivocada. La economía
de mercado es el modo de producción que ha creado más riqueza en toda la
historia de la humanidad. Con mucha diferencia.
¿Hay abusos e injusticias? Por supuesto. Lo que sucede es que la
historia del socialismo (el real, no el ideal) ha creado y crea muchos más
abusos e injusticias. Por ejemplo, Cuba, Venezuela, o Corea del Norte. Por no
hablar del pasado.
Otro tópico que se desvanece es el de que solamente los chicos
‘pegan’. Según nos dice, Nuria López, coordinadora de FP Básica de la Fundación
S’Estel, ‘se dan casos de malos tratos a los padres desde los 12 años y que,
además, existen pocas diferencias entre chicos y chicas’. Es una
‘democratización’ indeseada, pero las
chicas se han sumado a la ‘fiesta’. Ellas ya no son, solamente, unas víctimas
de la violencia. Un gran éxito educativo de los padres y de los sistemas de
enseñanza. Por cierto, la maldad de la sociedad no es una excusa. ¿Cuándo la
sociedad ha sido un cenáculo de ángeles?
Lo que nos lleva al problema inicial. Estos chicos y chicas,
ingresados en centros de internamiento por maltratar a sus padres, carecen de
valores, no de comida. ¡Es que el ambiente no ayuda! Claro. ¿Qué esperabas?
¿Qué toda la gente fuese como Teresa de Calcuta? Pues no. La vida es difícil
aunque, también, maravillosa. Pero hay que saber navegar por el proceloso mar
que nos rodea. Drogas, injusticias, abusos, zancadillas, malos ejemplos y un
largo y repulsivo etcétera. Y el socialismo no mejora esto. Al menos en la vida
real.
¿Cuál es el GPS que nos ayudará en esta difícil y peligrosa
travesía de la vida? Los valores. ¿Cuáles? A título de ejemplo, diría los
siguientes: respeto por el prójimo, solidaridad cuando proceda, sentido de la
responsabilidad, y esfuerzo para conseguir las metas que me proponga. ¿Qué
sucede si mis padres no son capaces de transmitirme estos valores?
Si, como hemos visto, la gran mayoría de los adolescentes que
golpean a sus padres proceden de la clase media ¿qué valores les inculcan los
padres de la clase media? Es, por desgracia, una realidad de nuestro tiempo,
que muchos padres, por no decir la mayoría, súper miman y súper protegen a sus
hijos. Pero esto no es amor, esto es error y fracaso. Los hijos necesitan
cariño y disciplina. Se requieren las dos cosas. Sin la interiorización de
límites, que los padres tienen que haber inculcado en sus hijos, éstos se
convierten en pequeños dictadores. Golpear a sus padres es sólo una
consecuencia esperable de la ausencia de límites.
Lo que nos lleva a la enorme importancia del sistema educativo y
a los valores que transmite. Pues sí, la educación es una cuestión de Estado. Pero
los políticos prefieren seguir peleándose entre ellos. Y devaluar la autoridad
de padres y profesores.
Sebastián Urbina.
(Publicado en ElMundo/Baleares/1/5/2015.)
2 comentarios:
La mia,adolescencia fue un continuo estar pendiente de mis padres....me querían y los quería.No quiero escribir ni una línea de lo que pasa en la nueva juventud.-
El legado de los "progres" que además miran siempre para otro lado o denuncian lo que han provocado.
Publicar un comentario