EL SUPER MÁS GRANDE DE EUROPA.
Mercamadrid mueve 4.000 millones de euros al año y es uno de los principales negocios del país. La mayoría de los empleados de este inmenso almacén de alimentos trabaja 12 horas.
Tiene una extensión similar a la de la ciudad de Motril (Granada), en la que viven 42.700 personas
José Ángel González, gerente de Frutas Asturias, es uno de los vendedores más conocidos y apreciados en el mercado central madrileño. Fue uno de los que lo inauguró allá por 1983. Hoy, a punto de jubilarse y con dos de sus hijos haciéndose cargo poco a poco del negocio, continúa levantándose a las dos de la mañana para acudir a su puesto a recepcionar las frutas y verduras que de madrugada llegan a Madrid procedentes de todo el mundo.
Su jornada laboral no finaliza hasta el mediodía, trabaja de "dos a dos", como la mayoría de los empleados del merca, como denominan a Mercamadrid, aunque asegura que la mayor parte de las ventas las realiza antes de las siete de la mañana, "a partir de esa hora, sólo vienen al mercado los fruteros chinos e indios que compran en pequeñas cantidades y regatean mucho los precios".
Los frescos
La mayor parte de la mercancía se vende "al día", aunque según cuenta este comerciante, en torno a un 20% se mantiene alguna jornada en las cámaras frigoríficas. "Los lunes son el peor día de la semana para ir al mercado", advierte, pues las naves de fruta de Mercamadrid cierran los domingos y los lunes.
José Ángel se dedica, sobre todo, a la venta de producto nacional, pero afirma que, para mantener tanta variedad de frutas y verduras durante todo el año, es necesario traerlas de otros países. "Los que más hacen la competencia a España, en tomates y naranjas especialmente, son los marroquíes, pero cada día llega más mercancía de Latinoamérica", asegura.
Las frutas de toda la vida y las de origen autóctono siguen siendo, por calidad, las más solicitadas, aunque cada vez se encuentran en el polígono alimentario madrileño más variedades de frutas y hortalizas exóticas, como la yuca o las malangas, una especie de tubérculos muy apreciados por la población americana. Lo mismo pasa con los pescados, sector por el que el centro madrileño es conocido mundialmente. Tanto es así, que reputados cocineros de todo el mundo visitan el mercado habitualmente para adquirir en él los productos más exclusivos.
Uno de esos productos de lujo es la trufa blanca, que en esta época del año se vende a 3.000 euros cada pieza de unos 40 gramos, pero que, en pocas semanas, duplicará su precio hasta alcanzar el millón de pesetas.
Lea el artículo completo en LA GACETA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario