miércoles, 25 de noviembre de 2009

POLÍTICAMENTE INCORRECTO.


Publicado Miércoles , 25-11-09 a las 09 : 48
En los últimos años la sociedad ha tomado conciencia del grave problema que la violencia doméstica, ejercida por el hombre sobre la mujer, constituye. Año tras año, estadísticas terribles, con decenas de mujeres muertas a manos de sus parejas, sacuden a la opinión pública y centran en el debate en esta lacra, que desde los gobiernos Zapatero se ha intentado atajar a través de la creación de un departamento ministerial específico, el Ministerio de Igualdad que dirige Bibiana Aído, y una ambiciosa Ley Integral contra la Violencia de Género.

Pese a todos los esfuerzos, el fenómeno persiste y es tal su presencia mediática que silencia otro que, por inoportuno, pasa desapercibido: el de los hombres maltratados, varones que son objeto de denuncias falsas de malos tratos o que reciben de ellas maltrato psicológico o incluso físico. La abogada Mercedes Patón está acostumbrada a tratar con esta problemática, cuya existencia reconocen otros juristas que tienen su día a día profesional en los Juzgados de Violencia contra la Mujer. Patón dice que "la ley sólo protege a la mujer, al hombre se le tiene desamparado" y denuncia que "los jueces en estos temas se la cogen con papel de fumar por temor a que la opinión pública se vuelva en su contra y dictan medidas provisionales siempre excesivas.

La ley auspiciada por el Gobierno socialista buscaba terminar con la sangría de los crímenes machistas, pero está teniendo efectos secundarios perniciosos. Patón, que dirige un despacho de abogados especializado en la defensa de hombres maltratados, afirma que "la ley es buena, pero se está haciendo un uso abusivo de ella". Efectivamente, parece que en esta materia se está implantando una cierta mentalidad inquisitorial. Belén, mujer separada,nos cuenta que fue a la Comisaría a denunciar que su ex pareja le había enviado unos mensajes al móvil insultándola. "El policía que me tomó la denuncia me recomendó que cargara más las tintas, que ahora existía un clima muy propicio a este tipo de denuncias. Yo le dije que sólo quería que constara lo que realmente había ocurrido".

«Si la mujer dice que empezó él, el que va detenido es el hombre»pero hay quien sucumbe a la tentación de presentar una denuncia que, por lo general, suele llevar asociadas unas medidas provisionales muy ventajosas.Fuentes jurídicas explican que en un proceso de separación el juez puede tardar en pronunciarse y no siempre está claro en qué sentido. Si media denuncia por malos tratos, lo normal es que llegue la orden de alejamiento y eso implica necesariamente que el varón abandone el domicilio familiar. La abogada Patón se lamenta de que muchos de sus compañeros de profesión son conscientes de estos mecanismos y no dudan en recurrir a ellos. Con todo, al parecer esta no es una tendencia exclusiva de los letrados. "Los abogados y los jueces tenemos mucha culpa de lo que está pasando".

Sin embargo, no son las denuncias falsas la única forma de maltratar a un hombre. "Muchos sufren maltrato psicológico o incluso arañazos y golpes, pero les da vergüenza que se sepa que su mujer les pega. Además, si se animan a ir a la Policía, allí les dicen que se lo piensen bien antes de denunciar porque si la mujer dice que empezó él, el que va detenido es el hombre".

No eran pocos los juristas que dudaron cuando se aprobó la Ley Integral de Medidas para la Protección Contra la Violencia de Género de su viabilidad y constitucionalidad, cuestión esta sobre la que ya se pronunció favorablemente el Tribunal Constitucional. Ahora que el Gobierno ha anunciado su intención de reformarla, de nuevo se han alzado voces críticas, como la del juez de Familia sevillano Fernando Serrano, que vaticina nada menos que "un holocausto" si se endurece la norma.

El debate está servido. ¿Cómo proteger a las mujeres y castigar a los maltratadores sin llevarse por delante todo los derechos de aquellos a quienes aún ampara la presunción de inocencia?(Guillermo Daniel Olmo/Madrid/ABC)
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La respuesta es clara: confíe en Bibiana Aido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oiga mire. A mi, mi marido no me pega; es un buen hombre, y como mucho, cuando nos peleamos (que de todo hay) me dice que soy cabezota, intransigente o insoportable. Pero de ahí no pasa. Yo le digo algo semejante, discutimos, y nos ponemos de morros unas horas hasta que se nos pasa. Lo normal.

Así que todas estas verbenas sobre el maltrato a la mujer, sinceramente, me traen al pairo.Ya se que si denuncio a mi marido se le cae el pelo, pero ya le digo, es que no me pega, asi que no me sirve de nada toda esta legislación tan progre que están sacando para protegerme.

En cambio, me da miedo andar sola de noche, sobretodo en el Metro o por zonas poco transitadas. Hay grupos de chicos o de hombres, muchos de ellos emigrantes, que me miran mal, dicen cosas... siempre ando con miedo de que me tiren del bolso y me den un golpe.

Pero me han dicho que con estos no tengo nada que hacer, que si no estamos casados y me pegan, y les denuncio, será mi palabra contra la suya y no les pasará nada, y que ande con ojo, porque los emigrantes se saben muy bien nuestras leyes, y dirán que lo que digo es mentira, y me denunciarán a mí por racista y el problema lo tendré yo.

Es curioso. No estoy protegida por la Ley. Parece que si me pega un hombre, nacional o emigrante, y quiero que le castiguen, primero me tengo que casar con él, y luego le denuncio, y entonces sí; se le caerá el pelo. Pero si no es mi marido, nada de nada, cualquiera me puede pegar y no le harán nada.

Y como solo tengo un marido, y el resto de los hombres no lo son, me siento totalmente insegura. Mis potenciales agresores impunes son cantidad; se que estoy en peligro.

Con estas leyes. ¿De qué están tan orgullosos nuestros inútiles políticos?

Sebastián Urbina dijo...

Inteligente comentario.