Revolución del 34 ( X V I I )
Fascículo 7, p.97-112. Ley de fugas, CEDA no republicana.
Javier Rodríguez Muñoz. La Nueva España de Oviedo.
Los paréntesis siempre son míos.
Javier Rodríguez Muñoz. La Nueva España de Oviedo. Fascículo 7, p.97-112.
Nos explica don Javier de los anarquistas (segundo sindicato en República, no dependía de ningún partido político, dominaba ciudades como Gijón, Barcelona, Zaragoza, Sevilla y extensas zonas mineras, fabriles y agrícolas en Andalucía y Extremadura) y el Gobierno de la República de mayoría socialista: “El margen de confianza que la CNT concedió a la República duró muy poco tiempo… pese a las reformas que… se decretaron para mejorar las condiciones sociales de los trabajadores… el régimen de libertades que ofrecía constituía una situación propicia para su desarrollo y actuación (de los anarquistas)”.
Margen no hubo, a lo mejor diez minutos o un cuarto de hora, a mí no me suena. Cierto que de los comunistas tampoco hubo.
El 1-5-31 los anarquistas se enfrentan a tiros con los mozos de escuadra. J. Peirats, Los anarquistas en la crisis política española, p.68. No había pasado un mes de margen.
Cuenta Maura (ministro de Gobernación): “una huelga en Pasajes (27-5-31)… preparaban el asalto a la ciudad de San Sebastián, dispuestos a saquear tiendas y casas”. Dispararon los guardias y hubo ocho muertos, desde mucho antes de la Dictadura no había pasado nada parecido. Así cayó Alfonso XIII, p.280.
Las reformas del Gobierno para los trabajadores, eran exclusivamente para los trabajadores socialistas, Largo repetía su conducta en Dictadura. Como los cerdos de “La rebelión en la granja”: mandamiento 7º.- “Todos los animales son iguales”. Ya sabemos que corregido posteriormente decía: "Todos los animales son iguales, pero unos son más iguales que otros”.
Los socialistas ya desde el Dictador imponían a los suyos en el mercado del trabajo.
En respuesta donde la CNT dominaba pasaba la recíproca
Las Bases de trabajo de la CNT de Barcelona decían (15-7-31): “Solo podrán trabajar los afiliados a la CNT”. J. Arrarás, Historia de la II República Española, V.I, p.165.
A partir de la segunda semana de instaurada la República. En Asturias, Bilbao, Huelva, Córdoba, Orense, Barcelona, Granada, Málaga y otras ciudades hubo huelgas, parciales unas y generales las otras, más de 20 muertos y 75 heridos. En Madrid, Logroño y otras muchas ciudades se declaró el estado de guerra.. J. Arrarás, Historia de la II República Española, V.I, p.152. Excelente margen don Javier.
(23) p. 153 y ss.TI
El 20 de julio hubo tiroteos en Sevilla entre sindicalistas y fuerza pública con muertos por ambas partes. Por orden del Gobierno se cañonea una casa (20 granadas rompedoras). Se aplica a 4 anarquistas la ley de fugas, no se había utilizado desde el año 23, nadie protestó contra su aplicación, ni el fiscal de la República, ni los Tribunales de justicia. El 24 los revoltosos atacan el cuartel de la Guardia Civil de la plaza del Sacrificio, muere en su defensa un capitán. Al cuarto día se sofoca la intentona que había costado 20 muertos y 200 heridos. La Guardia Civil tuvo 4 muertos y varios heridos. D. Abad de Santillán, Alfonso XXIII, la II República, Francisco Franco, p.168.
Se declaró ilegal a la CNT y se les reprimió salvajemente. Se actuaba con los denigrados métodos de la monarquía y nadie decía nada. Se suponía que la República había llegado para evitar estas actuaciones.
Nos cita al que luego sería alcalde de Gijón, el anarquista ejemplar Avelino G. Mallada, en frases muy ardientes y sinceras: “la CNT… sigue el impulso… de toda una clase oprimida”. Explicaba muy bien, como arreglaba el ácrata lo de la clase oprimida, el muy rojo E. Castro Delgado: “Avelino González Mallada, alcalde de Gijón (octubre del 37, estaba en pleno ahorro como el resto de jerarcas del PSOE, también muy preocupados por los oprimidos), metía con prisa en sus maletas barras de oro, que luego había de esconder temblando en la carbonera del “Toñín”, cuando en la mar les dio caza el “Almirante Cervera”. Hombres made in Moscú, p.509.
Insiste, llega a ponerse pesado: “A diferencia de los anarquistas, los ugetistas mantuvieron una línea continuada de moderación frente a la República”.
¡Toma! Eran mayoría en el Gobierno, mayoría en las Cortes y súper mayoría en todos los chollos que se inventaban (términos municipales, jurados mixtos, etc.), y ya sabemos lo ocurrentes que son esta gente para fabricar chollos, como ahora con los 2.000 cargos de confianza a dedo, dedo del señor Areces naturalmente, que descubre la Justicia en Asturias. Nada digamos del señor Chaves en Andalucía. Y ETC., ETC.,…
Así lo veía el ácrata Abad de Santillán, bastante rojillo él, y nos contaba: “Bandas terroristas y rompehuelgas o agentes confidenciales de la policía (describía las milicias del PSOE)… los más caros afanes (de los socialistas) consistían en enriquecerse velozmente y no quedó ni un rincón del erario nacional… que no fuese… acaparado”. “M. Bizcarrondo, Octubre del 34. Reflexiones sobre una revolución, apéndices documentales,
Antes y ahora la UGT calladita, ¿de que van a protestar? No les puede ir mejor, no veo yo a don Cándido muy desmejorado, otra cosa son los trabajadores.
Sigue don Javier con un asunto, por lo visto trascendental, para la buena marcha de la República, pero que para el resto de regímenes democráticos del mundo nunca lo ha sido y les daría mucha vergüenza que lo dijesen de ellos.
Para vivir y gobernar en España o eras republicano o no había nada que hacer, podía haber 14 millones de habitantes monárquicos y uno republicano, pues miren ustedes, la República tenía que ser gobernada por un republicano.
No era el caso, pero si fue el caso que hubo unas elecciones libres (19-11-33), ganó la derecha por goleada (235 diputados de derecha, 95 de izquierda), según la izquierda monárquica, nada menos cierto.
Esto decían nuestros democráticos repúblicos:
¡El más, más! Azaña: La República debía servir para toda la nación… pero la tienen que gobernar los republicanos... los elementos de la CEDA no tienen títulos políticos para ocupar el Poder, aunque tengan numero en el Parlamento para sostenerse... ni siquiera acatando el régimen porque Una cosa es ingresar en la República, y otra gobernar la República”. L´humanitat, 12-1-34. Hay que hacer notar que ese sufragio se celebró al cesar él su mandato, utilizando la ley electoral que él había hecho para que le favoreciera a él, lo había controlado Martínez Barrio, como jefe del Gobierno, absolutamente afín a él.
La izquierda no aceptó el resultado de las urnas, intrigó para impedir la reunión de las nuevas Cortes, pretendiendo formar otro gobierno y convocar nuevos comicios. Martínez Barrio, aunque de su cuerda, rechazó las propuestas de golpe de estado: “Yo sé que las inspiran altos móviles, pero, en puridad de verdad, no servirían para otra cosa que para acumular dificultades”. Alcalá-Zamora se opuso firmemente pues procedían de Azaña, Domingo y Casares. Fallido el intento pasaron a maniobrar en pro de la disolución de la nuevas Cortes. D. Martínez Barrio, Memorias, p.212. N. Alcalá-Zamora, Memorias, p.300.
Decía la prensa azañista: “¿Podemos los republicanos de izquierda... aceptar pasivamente un resultado a todas luces injusto y falso?... Momentos son éstos de la máxima responsabilidad para los dirigentes del republicanismo de izquierda; si éstos, ahítos de legalidad, desoyen en esta hora histórica el latir revolucionario del pueblo español, serán desbordados por el empuje arrollador de las Juventudes, que no están dispuestas a dejarse detener por ninguna especie de varones prudentes. J. Avilés, La izquierda, p.223.
Francisco Alamán Castro
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