¿Aceptará nuestra sociedad salir de la crisis?
He ahí la gran pregunta. Recuerdo que, con motivo del derrumbamiento de las tesis keynesianas vulgares, el profesor Fuentes Quintana un día me dijo: “ Se ha acabado la medicina que era fácil de tomar. Veremos si la gente acepta el agua de Carabaña que acecha”. Y es que tenemos que tomar esa desagradable purga. Tres datos recientes básicamente de la misma fuente. Según el volumen “Cuentas financieras de la economía española. 1980-2010” (Banco de España. 2011), el porcentaje de nuestro PIB por habitante respecto al del Área del Euro, ha retrocedido en 2010 al del año 2005.También, en el reciente “Informe anual 2010” (Banco de España, 2011), respecto a nuestro Sector Público se lee que “la magnitud, naturaleza y composición del recorte del gasto necesario para alcanzar los objetivos marcados, plantean incertidumbres sobre su cumplimiento”. Finalmente, el 21 de junio de 2011, el Gobernador del Banco de España, Miguel Fernández Ordóñez, en su comparecencia ante la Comisión de Economía y Hacienda del Congreso de los Diputados, señalaba: “La economía española se enfrenta a retos considerables…, pero donde la tarea es, sin duda, más acuciante es en el mercado de trabajo.
El funcionamiento de nuestro mercado laboral presenta unos rasgos singulares frente a los de otros países, que conducen a que, en etapas de crisis como las actuales, el ajuste se produce fundamentalmente a través de la destrucción del empleo y a que, incluso en los tiempos de bonanza, la tasa de paro se mantiene injustificadamente alta… Dentro del euro, la variable clave para la recuperación de la economía española es la competitividad, y sin una reforma profunda de estas instituciones será muy difícil que la economía española alcance pronto un razonable ritmo de actividad de forma sostenida”.
De todo lo señalado se desprende que nuestra situación exige, en primer lugar, percibir que retrocedemos comparativamente, y que corremos un serio riesgo de permanecer estancados en la producción, con alto nivel de paro, pérdida de la convergencia con las economías más prósperas, muy serios problemas derivados del déficit del sector público, tensiones sociales en torno a las obligadas modificaciones de la contratación laboral, y otras cuestiones, que van desde el intervencionismo económico de las autonomías a la carestía energética, desde la financiación del sistema de pensiones a la realidad institucional económica que frena las actividades empresariales.
Nuestra sociedad se había acostumbrado, en el periodo 1959 a 2007, y sobre todo en la etapa 1994-2007, a rápidos incrementos en el desarrollo económico sin excesivas molestias, salvo en la primera parte de este proceso: recordemos tras el Plan de Estabilización, la emigración al extranjero y la flexibilidad a la baja de los salarios. Además, ha pasado a asumir todas las características que Galbraith señaló para las sociedades opulentas, con problemas adicionales derivados de su masificación. A los economistas esto nos proyecta hacia las consideraciones que Röpke ha hecho de esta realidad, tomando como base, explícitamente, las aportaciones de Ortega y Gasset. Como consecuencia, se rehúye el esfuerzo, por ejemplo en educación o en el ambiente laboral, como prueban los porcentajes altos de absentismo. Se ignora la realidad derivada tanto de las condiciones obligadas para el desarrollo, como lo que ha sucedido para lograrlo, más lo que está sucediendo, en los países de mayor renta.
Si la sociedad se niega a aceptar molestias, tenemos muy cerca la imagen de lo que nos puede suceder. Basta con repasar la historia económica de Argentina para comprobarlo. Desde 1930 emprendió un camino equivocado, y lo que era una tierra de emigración se ha transformado en un país donde se puede escribir, como apareció en un editorial del diario bonaerense “La Nación”, este párrafo: “El último, que apague la luz”. La incipiente marcha a otros países de muy destacados investigadores, profesionales, empresarios, y por supuesto de capitales españoles, o bien movimientos con una base intelectual tan somera como “los indignados” del 15-M, tan vinculados con los “piqueteros” que claman en las orillas del Plata, ¿es preludio de una argentinización española? Es hora de denunciarlo. (Juan Velarde/El Imparcial)
1 comentario:
Da miedo comprobar como el paternalismo, trasnochado y bonachón y ramplón de la epoca vitoriana es decir de la infancia del sr economista con cara de Cela, junto a una dosis elevada de ignorancia forman como en quimica una dosis letal de veneno toxico.
Para no descalificar ad hominem,solo defender a la muchachada de hoy y decirle con todos mis repetos ante tan venerable anciano, que nisiquiera entiende a Ortega y Gaset, cuando cualquier mozalbete de esos imberbes que no se ha afeitado todavia el bigote lo razona y lo discute mejor en la plaza con el skate en la mano, que él en su epoca a Charles Dickens jugando a las muñecas porque no sabia tirar ni la peonza, lo más grave no es cuando trata sobre su especialidad, ya es de todos sabido que los economistas como los meteorólogos tienen serios problemas con su ciencia para hacer pronosticos y predicciones en plan Nostradamus, lo grave es no ver tres en un burro, y en economia al parecer como sucede con las bacterias a cierta temperatura la estulticia se multiplica exponencialmente,se llena la boca hablando de Ortega y se confunde la Europa como solución al problema de España, con la Unión Europea que nos llama cerdos a día de hoy, le recomiendo si no quiere jubilarse ya que se siente tan productivo y util al mundo de la economia se recicle minimamente con la nueva economia que evidentemente ni entiende ni puede entender, pues se le vee poco dado al consumo de cocaina,que es indispensable para razonar de tan arduas tareas bursatiles,vea "el documental inside jobs" da pena comprobar el mundo viejuno lo empanado que esta, si solo fuera Sanchez Dragó tendria un pase debido al uso y abuso de estupefacientes y vicios politicamente incorrectos como el de pederastia.Y si se marea o se cansa vea una conferencia de Emili Duró, y asi si no se le cae la cara de vergüenza al menos podra retirarse a tirar pan a las palomas y divagar sobre lo mal que esta el mundo y si no fuera... Nos llaman cerdos en Europa sr economista pigs acronimo de Portugal,Italia, Grecia y Spañistan...la España invertebrada de Ortega es el craken de Europa. Si no se le cae la cara de vergüenza hablando de la Argentina del 30, cuando habia una crisis que era internacional es porque no se entera de la misa ni la mitad, lo significativo de Argentina empieza a partir de los 50 donde se desmonta el pais, y habla de productividad, pero sr mio, si la metastasis llega hoy día hasta Grecia, y se le da la culpa a las naciones, cuando hasta en la Biblia se trata el problema de aumentar la producción de ladrillos en menos tiempo y con menos paja del Faraón, debe pensar el sr catedratico que sin aceite ni mantenimiento auementa la potencia del motor, si quiere competir en formula 1 perfecto pero con las cosas del comer no se juega y la economia de apuestas sobre valores turbo especulativos nos han llevado a la quiebra de Estados Unidos,los neoliberales tanto tiempo sin hablar de keynes han visto como los estados rescataban la economia financiera eso sr catedratico yo le llamo comunismo.
Publicar un comentario