viernes, 7 de junio de 2013

ENVILECIMIENTO




 (Lo dicho en tantas ocasiones. La enfermedad identitaria produce estas, y otras, deposiciones malolientes.

 Sugiero que lean 'Los muros de Cataluña' de Javier Montilla y 'El manicomio catalán' de Ramón de España'. Es suficiente. 

A menos que ya tenga el virus. La cosa será más difícil pero no imposible. ¡Ánimo! )







EL ARTE DE ENGAÑAR A LOS CATALANES.
 
Prueba de que el talento en modo alguno es incompatible con la deshonestidad intelectual, Andreu Mas Colell, en tiempos candidato al Nobel de Economía, se dedica ahora a engañar a los catalanes como a chinos con las cuentas de la vieja. Que alguien de su prestigio académico se rebaje a mancharse con labores de chusco agitprop indica el grado de envilecimiento colectivo a que conducen los nacionalismos. Y es que, por segundo año, el consejero catalán de Economía ha vuelto a falsificar las cifras oficiales del saldo fiscal entre la Comunidad y el resto de España. Como el "Espanya ens roba!" resulta que era mentira, no le queda otro remedio que intoxicar al rebaño soberanista para seguir teniéndolo convencido de que Espanya ens roba.

Por lo demás, el truco es simple; obscena, groseramente simple. Mas Colell, que nos debe de tener por tontos a sus conciudadanos, ha recurrido a un método contable, el de los llamados flujos monetarios, que ofende a la inteligencia. Un método de cálculo según el cual los submarinos militares con base en el puerto de Cartagena han de ser considerados como inversiones del Estado en la región de Murcia. En Murcia y solo en Murcia. De lo que se infiere que, en caso de guerra, las naves se limitarían exclusivamente a defender las aguas territoriales de esa región. En idéntico orden de majaderías, la inversión del AVE Madrid-Barcelona casi no beneficiaría a la capital, dado que apenas un 10% del trazado discurre dentro del territorio administrativo de la Comunidad de Madrid. E igual ocurriría con Cataluña.

Aragón, en cambio, ganaría cuatro veces más que Cataluña con esa infraestructura, al incluir su superficie un 40% del tramo de vía. Las cuentas del bombero torero. A semejante surtido de disparates conceptuales ha tenido que recurrir Mas Colell para poder inventarse un déficit de 16.500 millones de euros en el ejercicio de 2010. Frente a tales alardes circenses de contabilidad creativa, la prosaica verdad: en 2010 el Estado obtuvo 774 millones de euros de Cataluña, ni un céntimo más. En concreto, ingresó 50.093 millones en impuestos y gastó 49.319 millones en servicios varios. Un 0,4 del PIB catalán.

He ahí el terrible expolio, un 0,4 del PIB. Pásalo.

 (José García Domínguez/ld)

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