domingo, 5 de octubre de 2008

¿SINDICATOS?

4/10/2008.PARADOJAS DEL SINDICALISMO
Los boicoteadores de Esperanza Aguirre le "sisan" 30 millones al año
Julio Manzano
La insensatez se ha apoderado de los sindicatos que vienen acosando al Gobierno de Madrid. Singularmente, ese Ejecutivo, tan zaherido, les permite disfrutar de sus privilegios.
4 de octubre de 2008 Imprimir este artículo Enviar a un amigo Aumentar texto Reducir texto
OFENSIVA CONTRA AGUIRRE
En la Comunidad de Madrid no ven justificación en atacar a un Ejecutivo que ha abierto 8 nuevos hospitales y 56 nuevos centros de salud.
El Gobierno de Esperanza Aguirre tiene motivos para sentirse apesadumbrado, aunque se cuide muy mucho de manifestarlo: El desbarro ha vuelto y con fuerza al movimiento sindical, a los dos sindicatos mayoritarios, UGT y CCOO , que se han echado al monte, en particular los de Cándido Méndez , con la Sanidad madrileña en el punto de mirar.

Los liberados sindicales del sector parecen haberse subido definitivamente al caballo de un izquierdismo radical que en los últimos días ha amenazado incluso la integridad física del consejero de Sanidad, Juan José Güemes .Los mismos sindicatos que guardan un selecto silencio ante la gestión del Gobierno de Zapatero de la crisis económica, se han echado en brazos de un demodé izquierdismo revolucionario cuando se trata de la Comunidad de Madrid.

Así pues, Güemes ha venido pasando de gritos e insultos a más gritos e insultos allí donde va. Le tocó en el hospital Severo Ochoa, al día siguiente en una conferencia en el hotel Ritz, al otro el "comité de bienvenida" se trasladó al hospital Gregorio Marañón y lo último fue una visita al hospital Clínico que terminó con tres detenidos.

Cándido Méndez y José María Fidalgo son los máximos responsables de una mendaz – no cabe otro calificativo para las fuentes del gobierno madrileño consultadas por El Semanal Digital – politización de UGT y CCOO en su pretensión de insuflar oxígeno a PSM e Izquierda Unida. En la Comunidad de Madrid, que no ven justificación en atacar a un Ejecutivo que ha abierto 8 nuevos hospitales y 56 nuevos centros de salud, están convencidos de que las coacciones sufridas por Juan José Güemes están en parte protagonizadas e impulsadas - tal y como viene detallando este periódico - por militantes socialistas y de IU.

En cualquier caso, los boicoteadores al consejero Güemes son en su mayoría liberados sindicales. Solamente en la sanidad madrileña, según los datos oficiales facilitados a El Semanal Digital, suman cerca de un millar (918) de liberados y cuestan a los madrileños 30 millones de euros al año. Una cantidad nada despreciable si se tiene en cuenta que un nuevo hospital con 400 camas ronda los 100 millones de euros.

De este modo, algunos de esos liberados, exentos total o parcialmente del trabajo ordinario, han terminado por olvidar la defensa de la defensa de los los derechos laborales de sus compañeros y hacer de la violenta persecución al Gobierno de la Comunidad de Madrid que por ley les financia, su principal actividad.
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El problema, una vez más, no es lo que se puede esperar de estos, digamos, sindicatos. Ya lo sabemos. Lo que se cuenta en estas informaciones. Esto es lo que se puede esperar. Lo realmente preocupante es lo que el ciudadano dice y hace. ¿Son estos sindicatos 'correas de transmisión' del gobierno? ¿Por qué no se manifiestan contra el gobierno socialista? ¿Acusaremos a Aznar de la crisis económica? ¿Actuarían igual si gobernara el Partido Popular? ¿A quién votar, aunque sea como mal menor?

Sebastián Urbina.

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