martes, 8 de septiembre de 2009

VIOLENCIA GRATUITA.












POZUELO COMO SÍNTOMA.
Martes, 08-09-09 (ABC)


LA batalla campal desatada el sábado por la noche en Pozuelo de Alarcón es fiel reflejo de una realidad sociológica que exige una seria reflexión. La violencia contra la Policía -incluido el intento de asalto a una comisaría- y la destrucción sistemática del mobiliario urbano son la manifestación externa de un malestar profundo en ciertos sectores juveniles, al margen de su perfil social o de las diferencias territoriales. La familia y la escuela están fracasando en la transmisión de valores no ya positivos sino de simple convivencia. Faltan alternativas razonables de ocio diferentes del botellón y sus secuelas.

Sobran, en cambio, modelos que incitan a la violencia y que fomentan el éxito del más fuerte a costa del desprecio a las reglas más elementales de la vida en común. Es indudable que la crisis económica es fuente de ansiedad por falta de expectativas y tampoco es ajena a estos fenómenos la valoración negativa de una clase política alejada con demasiada frecuencia de las preocupaciones reales de los ciudadanos. En este contexto, las fiestas populares, el principio o el final de curso o cualquier otro evento sirven de pretexto para una reacción fuera de control que las fuerzas de seguridad no siempre están preparadas para encauzar por medios razonables.
Pozuelo de Alarcón, una localidad madrileña de alto nivel socioeconómico, es un síntoma de esta dinámica negativa en la que se ha instalado la sociedad española a la hora de integrar a las futuras generaciones en un proyecto común.

La pérdida de referencias morales y el desprecio a la autoridad de padres y profesores crean un ambiente de relativismo y desmoralización que se traduce en comportamientos antisociales. Con independencia del debate político, los partidos y las administraciones públicas tienen que coordinar sus esfuerzos para sentar las bases de una convivencia cívica en las calles. Si no se pone remedio a las causas, no tiene sentido quejarse después de las consecuencias. Aunque no solo se puede confiar en la eficacia policial o en las medidas puramente represivas, es imprescindible que los responsables sean sancionados con el rigor que corresponde en un Estado de Derecho. Incidentes de este tipo se repiten con demasiada frecuencia, y en alguna ocasión han producido pérdidas de vidas humanas. Estamos en presencia de un reto para la sociedad española que va más allá de los debates estériles en que se distraen con demasiada frecuencia los políticos, a la vez que ignoran los factores profundos del malestar social.
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RECOGER LO QUE SE SIEMBRA.

España está en crisis. No sólo económica. Está en grave crisis política, educativa y de valores. Estas cosas no salen gratis. Los adolescentes se han acostumbrado a hacer lo que quieren. Esto se ha entendido, por parte de muchos padres, como un ejemplo de democracia y progresismo. Los políticos, en general, han estado a la altura de muchos padres. O sea, fatal.
Se ha creído, o se ha aparentado, que para el caso es lo mismo, que permitir era progresista y prohibir era de derechas, que es lo peor de lo peor.

De este modo, los padres no se atreven a decir 'no' a sus hijos. No hay conciencia de límites. La consecuencia de la ausencia de límites es la aparición de pequeños dictadores que tiranizan a sus padres. Estos ególatras, que desprecian cualquier tipo de autoridad, se ríen de sus padres y de sus maestros. Ahora, en Pozuelo, no sólo se ríen de la Policía. Es que han ido a por ellos. Se lo han pasado bomba. Y, encima, creen que debe salirles gratis.

Y sus padres también.
De ahí que los padres no cumplan con su labor, que no es la de ser 'colegas' de sus hijos, sino ser padres. Tienen que dar amor a sus hijos y exigir disciplina. Esta ausencia de valores en la educación de los hijos, se traslada de las familias a las escuelas. Con la colaboración típica de la izquierda, representada por la LOGSE.


En resumen, el esfuerzo, el mérito y la excelencia son mal vistos por la progresía y por todos los que quieren ser políticamente correctos. Que son muchos. Si a esto añadimos que la autoridad es 'de derechas', tenemos el caldo de cultivo para fomentar el gamberrismo, el desorden y el fracaso escolar.
Y que conste que, según casi todas las encuestas, los padres (la mayoría, no todos) son aún peores que sus hijos.

Los hijos, en general, reconocen que no trabajan, o no trabajan lo suficiente porque se aburren, o porque no les da la gana. Los padres, en su mayoría, no quieren responsabilizar a sus retoños. La culpa es del profesor, o de la falta de medios, o de la sociedad. ¡No de mi pobre angelito!


No hemos tocado fondo. Encima, tenemos una catástrofe política que lloverá sobre mojado. El Estatuto de Cataluña agravará, aún más, nuestra preocupante situación. No sólo en el ámbito económico, que ya es grave. También en la convivencia entre regiones españolas. Es otra mentira de Zapatero que, con su mandato, España estaría más cohesionada que nunca.

Y es igual de grave que siga habiendo gente capaz de comulgar con ruedas de molino.
Me sabe muy mal, pero esto es un 'país de mierda'. Y eso sin hablar de la corrupción política. ¡Cómprense mascarillas! Pero no por la gripe A sino por la gripe Z.

Sebastián Urbina.

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TEMIMOS POR NUESTRAS VIDAS (los policías de Pozuelo)



ABC reconstruye con testimonios de varios «antidisturbios» las cuatro horas infernales que se vivieron la madrugada del domingo en Pozuelo de Alarcón. Hubo situaciones de pánico ante el descontrol provocado por el alcohol
Los policías de Pozuelo: «Temimos por nuestras vidas»
Imagen captada por un vídeo donde se ve uno de los vehículos policiales incendiados en los disturbios en la noche del domingo en Pozuelo
Los amigos de los implicados, indignados: «Les han pillado por coger a alguien y quedar bien con la opinión pública»
A la salida de los juzgados de Pozuelo de Alarcón esperaban algunos padres y amigos de los imputados. Algunos no pronunciaron palabra; otros hacían público su enojo.
Dos amigos de cuatro de los veinte detenidos llevaban junto a ellos cinco años asistiendo a las fiestas de Pozuelo. Nunca vieron algo así. Son del barrio de Salamanca. «Han pillado a nuestros amigos por coger a alguien y quedar bien con la opinión pública. Estábamos allí porque todo estaba cercado por los antidisturbios. Sin hacer nada, pegaron a algunos de nosotros», alega uno. «La gente se fue a la comisaría para protegerse, no para arremeter contra la Policía», defiende otro. El padre de uno de los acusados se mostraba incrédulo por la supuesta implicación de su hijo.
La batalla campal que se vivió la madrugada del domingo durante las fiestas de Pozuelo de Alarcón (uno de los municipios más ricos de España) ha dejado marcas no sólo físicas, sino también en el sentimiento que se palpa en la Brigada de Seguridad Ciudadana de Madrid. El relato de los policías «antidisturbios» que sufrieron en sus carnes la salvajada cometida por un millar de jóvenes, descontrolados, borrachos y cercanos al coma etílico, pone los pelos de punta. Así relataba uno de ellos, según ha podido saber ABC, el caos que se creó. «Temíamos por nuestras vidas. Las comunicaciones que hacíamos con la sala del 091 pidiendo más material y apoyo eran de agonía», afirmaba uno de los agentes.
No en vano, otros informantes indicaron que «no se preveía que hubiera tal masificación de personas» esa madrugada en las fiestas. El «macrobotellón» en que se convirtió una explanada junto a la plaza de toros portátil y sus calles aledañas congregó a unas cuatro mil personas. Doscientas de ellas acabarían intentando asaltar la propia comisaría de Policía Nacional de Pozuelo de Alarcón.
El dispositivo de prevención era escaso, según los sindicatos policiales. Había tres coches «Z» -con distintivo policial-, dos «K» -los que utilizan agentes de paisano- y un equipo de las Unidades de Intervención Policial (UIP), conformado por sólo siete agentes. Lo corriente es que, en vez de un equipo, hubiera un subgrupo, lo que habría doblado, en un primer momento, el número de «antidisturbios». Luego serían casi 50 «antidisturbios».
Todo comenzó sobre las 2.15, cuando un joven se acercó al equipo de UIP presente en la zona: le habían abierto la cabeza con una botella de cristal. Cuando los servicios de emergencia le estaban auxiliando, un grupo de descontrolados comenzó a lanzarse entre sí todo lo que encontraba a mano, aunque no se detectaron armas.
«Era un desenfreno por el exceso de alcohol. Nos resultaba imposible hablar ni dialogar con ellos», expresaban los «antidisturbios». Se pidieron refuerzos conforme la situación empeoraba. Y llegó un coche patrulla con material antidisturbio de la comisaría de Pozuelo. El agente tuvo que huir porque temía por su vida. Se encuentra de baja por ansiedad. «Acabamos con todo el material antidisturbio y salieron dos coches de Moratalaz [donde se encuentra la Brigada de Seguridad Ciudadana]. Nosotros tirábamos pelotas y ellos nos devolvían piedras, adoquines y botellas», relatan, no sin antes añadir: «No se puede consentir que esto pase». Los policías reconocen que tenían «pánico», pues ni siquiera en situaciones tan límite como ésta se puede echar mano del arma reglamentaria.
El 112 recibió esa madrugada 200 llamadas. Atendió 18 intoxicaciones etílicas; 13 incendios (ardieron 12 coches policiales y, al menos, cuatro particulares, pues también tuvo que actuar un coche de Bomberos del Ayuntamiento); 23 agresiones y amenazas... Saldo total de heridos, 14, diez de ellos policías. Tres están graves. Uno tiene el escafoide roto, otro una lesión en la rodilla y el tercero golpes en brazos y piernas. Dos ya están en casa y se prevé que sigan, como mínimo, un mes de baja.
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En libertad los 13 adultos implicados en la batalla campal de Pozuelo

La juez titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Pozuelo de Alarcón ordenó la tarde de este lunes la puesta en libertad de los trece adultos detenidos en la madrugada del pasado sábado a consecuencia de los incidentes acaecidos en la zona ferial y las inmediaciones de la Comisaría de Policía del municipio, que se saldaron con 20 detenidos, siete de ellos menores, y con diez agentes de la Policía heridos.

Ep. Madrid

07-09-2009

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Imágenes de este sábado, en plena batalla campal.

Los 13 adultos detenidos el sábado por los altercados de Pozuelo han sido puestos en libertad a la espera de nuevas diligencias de la investigación. Los detenidos fueron trasladados la mañana de este lunes a los Juzgados de Pozuelo de Alarcón, acusados de desordenes públicos, alteraciones y atentado a agente de la autoridad por los graves daños en el mobiliario urbano y el incendio de varios vehículos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Así, a las 12.30 horas comenzó la toma de declaración a los detenidos -los menores pasaron a disposición de la Fiscalía-, comparecencias que se prolongaron hasta las 18 horas. De hecho, algunos de ellos confirmaron su participación en los disturbios sucedidos. Si bien los jóvenes presuntamente implicados en los hechos han declarado en calidad de imputados, la magistrada no ha concretado formalmente a cada uno de ellos la naturaleza jurídica de los hechos de que es acusado, a la espera de nuevas diligencias de investigación que confirmen los extremos de su participación.

Ahora, la jueza que lleva el caso practicará nuevas diligencias de investigación encaminadas a esclarecer todos los extremos de lo ocurrido, sin que se descarte que los implicados tengan que volver a declarar, momento en el que les será formalmente notificada la imputación que pesa sobre ellos. En cualquier caso, no se ha decretado el secreto de sumario.

Antecedentes
Según fuentes policiales, hacia las 2.15 horas de la madrugada del sábado al domingo los agentes del dispositivo especial de seguridad de Pozuelo, integrado por Policía Municipal y Policía Nacional tanto de la comisaría del municipio como de la Unidad de Intervención Policial (UIP), recibieron un aviso para la calle Camino de las Huertas. Allí, un joven que había sido agredido con una botella y presentaba heridas en la cabeza solicitó ayuda médica. Los sanitarios lo trasladaron al Hospital Puerta de Hierro y los agentes se quedaron patrullando por la zona.

Hacia las 3 horas, cuando los 'botellones' debían dispersarse, un grupo de chavales comenzó a tirar piedras y botellas contra los agentes y contra el vehículo policial de la UIP. A partir de ahí, según las fuentes, "todo el mundo empezó a desmadrarse, muchos como consecuencia de encontrarse bajo la influencia del alcohol".

Durante tres horas se produjo una batalla campal en Pozuelo que obligó al retén policial a pedir incluso refuerzos a Madrid. Los avisos por megafonía y con los lanzadestellos no evitaron que los agentes tuvieran que utilizar salvas al aire y pelotas de goma para dispersar a la masa.

Sin embargo, los jóvenes continuaron durante tres horas más destrozando el mobiliario urbano -cristales de marquesinas de autobuses y señales de tráfico-, e incluso prendieron fuego a contenedores y papeleras, y a un coche policial. También dañaron dos vehículos camuflados, una furgoneta de la UIP y varios coches de la Policía Local.

Hacia las 4.30 horas, unas 200 personas llegaron incluso a intentar entrar en la Comisaría saltando el muro perimetral, aunque "gracias al dispositivo de seguridad de la comisaría y a la UIP no consiguieron hacerlo", explicaron las fuentes. La batalla campal se saldó con 20 detenidos, siete de ellos menores, y diez policías heridos, en concreto dos de la Comisaría de Pozuelo, un municipal y siete agentes de la UIP. Dos de ellos tienen lesiones graves, por lo que fueron trasladados al hospital. (El Imparcial)



5 comentarios:

UVA dijo...

Esto es absurdo.

Si tenemos policías y les damos un arma, será para que la usen, digo yo: primero un par de disparos al aire, y si con eso no basta, pues a las piernas de los que les agreden. Y si aun no es suficiente, pues que disparen más arriba. Pero que se defiendan ellos, y defiendan el orden social.

Lo que no se puede consentir es que el policía tenga que dejarse matar sin usar el arma. Eso no va en su sueldo, que es bien austero por cierto.

Y si la sociedad quiere que en ningún caso disparen, entonces que se hagan las cosas con claridad, en vez de Cuerpo Nacional de Policía, llamemosle, "Cuerpo Nacional de Voluntarios Mártires de la Estulticia Nacional", y por lo menos estaremos hablando con propiedad y llamando a las cosas por su nombre

Sebastián Urbina dijo...

Estoy de acuerdo. Aunque tendrían que haber empezado por las pelotas de goma y no dejarse avasallar. Este país es una ruina. Y no es descartable que culpen a la policía. Queda bien.

Arcoiris dijo...

Creo que los arquetípicos incidentes de Pozuelo denuncian la grave enfermedad que sufre nuestra sociedad. En todos los distintos animales superiores, la madre permanece al lado de su descendencia un tiempo variable, según la especie, hasta enseñarle a ser león, oso, etc. En nuestra moderna sociedad, se ha persuadido a las mujeres de que su papel está fuera de sus casas, en el tajo, lejos de sus hijos, para así aproximarse a la igualdad de sexos, para aportar otro sueldo, para realizarse personal y profesionalmente y para incrementar su vida de relación social. Con ello se consigue una mano de obra generalmente peor pagada y se aumentan las posibilidades consumistas familiares para el mayor lucro del sistema (“El hombre es esclavo de las cosas que posee”. A. Gide: “L’immoraliste”). El gran pagano es el cachorro humano, que del regazo materno pasa a la guardería y control mercenarios. Y no es en esos ambientes donde se puede aprender “el reglamento de convivencia en casa”, el código moral y práctico que enseña la madre y que es, en miniatura, la moral de ciudadanía indispensable en el futuro del crío. Y eso lo enseña la mamá con amor y con un sistema binario de sí y no, de acierto y error, de premio y castigo, no sólo verbal, que a veces requiere del cachete en el culo, sin que por ello se desplome el universo, cuando faltan las palabras y se recurre al argumento de la autoridad. En mi experiencia, cuando esos criterios morales, esa disciplina, esa aceptación del principio de que hay límites al propio albedrío, pero sobre todo, la asunción de una autoridad, cuando estas cosas no se aprenden en los primeros meses de vida, es altamente probable que se rechacen, incluso violentamente, cuando se pretende introducirlas en edades muy poco más avanzadas. Y luego, los hermanos; en mi opinión, su convivencia es una fuente insustituible para el aprendizaje de la empatía y de los sentimientos humanos más nobles e imprescindibles. Pero cada vez más se está imponiendo la familia de hijo único, a quien nada se le prohibe, quien todo lo bueno se merece, así en la casa como en la sociedad, incluyendo los cuerpos jurídicos.
No quiero extenderme más por razones de espacio, pero está claro que quedan por analizar aspectos como la explotación de esos jóvenes como meros motores de consumo y potenciales votantes, la angustia en que se sumergen cuando, acabada la educación obligatoria, entran la mayoría de ellos en la edad del paro, los tristes sueldos a que pueden aspirar muchos de ellos si alcanzan a trabajar, ellos que no están acostumbrados a los menores esfuerzos y sacrificios y que, generalmente, viven con sus padres como clientes de un hotel, etc., etc.

UVA dijo...

Parece que si dispararon con las pelotas de goma, pero debieron ser insuficientes ante 200 energúmenos armados con botellas de vidrio...menos mal que la mayoría de ellas ya estaban vacías.

Y si. Yo también creo que este país es una ruina. y lo malo es que ¿Quién lo "desarruinará?

No se ve ninguna solución.

Anónimo dijo...

UNA DEMOCRACIA ES TAN FUERTE COMO LA CAPACIDAD DE DEFENDERSE CONTRA ATAQUES A ÉSTA.

SI UNA DEMOCRACIA NO ES FUERTE DESAPARECE....Y ESO NOS VA A PASAR SEGURO, LA CULPA DE LA POLICÍA NO??

Y SI VIOLAN A MI HIJA A QUIEN LLAMO?? A LA ONG PAYASOS SIN FRONTERAS??


ATENTOS A MI PRONÓSTICO QUE VA POR FASES


1.-
DEMOCRACIA ACOMPLEJADA

2.-DEMAGOGIA

3.-
TIRANÍA....



ME TEMO SEBASTIAN QUE VAMOS POR LA FASE DOS CON MEDIO PIE EN LA 3.




SALUD