miércoles, 9 de diciembre de 2009

ELECCIONES EN BALEARES.

Ni el PSOE ni el PP deben aceptar que la corrupción sea un socio necesario para gobernar

UpyD considera que sólo un adelanto de elecciones puede restablecer seriamente la gobernabilidad de las instituciones.

El 2º Pacto de Gobierno ha fracasado estrepitosamente. Debe cerrarse una época en la que la política se reduce a pactar con minorías de muy escaso apoyo electoral, cuyo fin es rentabilizar el poder económicamente y destruir el marco constitucional. La pretensión de UM de imponer a Francesc Buils como consejero de Turismo, nombramiento rechazado por Antich, responde al guión de una mala una comedia de enredo: considerar la consejería de Turismo como un poder autónomo dentro del poder, una cuota de poder intocable para el presidente del gobierno de Baleares. A pesar de la negativa de Antich, el mensaje ha sido lanzado por UM y el daño institucional es irreparable.

Palma, 9 de diciembre.

El intento de UM de recomponer el Pacte, una vez más, con la imposición del regreso del anterior Conseller de Turismo, Buils, que fue destituido (septiembre de 2008) por tensiones internas en UM, demuestra una vez más, que el poder es para los partidos políticos que gobiernan un fin en sí mismo. Si la destitución de Buils, en el equipo de gobierno de Antich, fue humillante, pues le quitaba a éste la autoridad sobre lo que debiera haber sido de su exclusiva competencia, el intento de UM de imponer otra vez a Buils como conseller habría sido aún más humillante. Estos últimos hechos demuestran la falta de escrúpulos en un partido, UM, que fía su propia existencia al ejercicio del poder y que confía en que el PSOE (y antes y luego el PP), partido que debe su existencia también al mero ejercicio del poder, cederá a sus pretensiones: que no son otras que considerar la conselleria de Turismo como un coto privado, una cuota de poder intocable para el presidente del gobierno de Baleares.

Antich, si conserva algo de honor debe cerrar cuanto antes esta mala partida de cartas con UM, un partido que no merece respeto ni fiabilidad para gobernar. Y si, hasta hace unos días, UpyD proponía un entendimiento entre PP y PSOE que permitiera a Antich un gobierno en minoría con acuerdos puntuales, ahora afirma que esto es ya también imposible. Un PP que se aferra a su nefasto y reciente pasado (José María Rodríguez), y la restitución del pacto con la corrupción de UM, les invalida a ambos. Antich y sus socios actúan como si después de todo, la corrupción fuera un socio necesario con el que los miembros del pacto están dispuestos a convivir. Hace más de una década, dice Arturo Muñoz, portavoz de UPyD, que “PP y PSOE han reducido la política a componer y recomponer pactos con tal de ocupar físicamente el poder, y ejercer como vulgares supervivientes de la política profesional. Ambos son responsables por igual de la desafección y el rechazo que las instituciones producen entre los ciudadanos. Ambos han silenciado e ignorado la corrupción cuando les convenía hacerlo. Ambos condescienden, potencian o rentabilizan la fiebre identitaria. Ambos han demostrado que coinciden en los fines principales: vivir a costa de un galopante gasto público que ni en época de crisis son capaces de racionalizar. Ambos carecen de proyectos, más allá de una retórica oportunista, que sirvan para frenar el deterioro económico. Ninguno tiene aval para presentarse como salvador de una situación que ha creado, si no cambian la inercia en la que perseveran”.

Ante un panorama desolador, es urgente que la ciudadanía se pronuncie electoralmente frente a los que mantienen una forma tan degradante de entender la política.

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