domingo, 3 de enero de 2010

CRISIS DE LA IZQUIERDA.







LA CRISIS DE LA IZQUIERDA EN EUROPA.


Madrid.- Aunque el presidente José Luis Rodríguez Zapatero asegure que “no se está produciendo un cambio de liderazgo en Europa”, lo cierto es que la derecha está ganando puestos en el Viejo Continente. Alemania, Francia, Italia o Dinamarca son tan sólo algunos ejemplos de países donde gobiernan partidos de derecha y todo apunta a que el próximo en abandonar el socialismo será Reino Unido. De los Veintisiete países que forman parte de la UE, en 19 gobierna la derecha y, tan sólo en ocho, la izquierda. Así, España, Grecia, Portugal, Austria, Chipre, Eslovenia, Rumanía y, por el momento, Reino Unido son los últimos reductos de la izquierda europea.

Los socialistas europeos están pasando por uno de sus peores momentos desde la II Guerra Mundial. Las medidas adoptadas para luchar contra la crisis financiera no convencen al electorado que prefiere confiar en los partidos conservadores. Así se demostró en los pasados comicios de septiembre en Alemania donde la canciller, Angela Merkel, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) logró deshacerse de la coalición con los socialdemócratas del SPD para unirse a sus colegas liberales del FDP. “Es una derrota amarga”, dijo el líder socialista alemán, Frank Walter Steinmeier, hasta entonces ministro de Asuntos Exteriores del país. Y es que no es para menos pues su partido consiguió 11 puntos menos que en los anteriores comicios, la derrota más aplastante en medio siglo.

Más de 40.000 afiliados han perdido los socialistas franceses. El PS lleva 14 años fuera del poder y en las últimas elecciones europeas de junio obtuvo un 16% de los votos, igualado por los ecologistas de Daniel Cohn-Bendit. El partido buscó un nuevo referente. Martine Aubry derrotó a la ex candidata presidencial Ségolène Royal bajo acusaciones de fraude, lo que ha creado más confusión y ha debilitado, aún más, su posición frente a la derecha de Nicolas Sarkozy. Para el emblemático socialista francés, Bernard Henri Lévy, el PS no está agonizando, sino que "está muerto".

Disidencia en el Olivo italiano

La disidencia interna en el centro-izquierda del Olivo en Italia se saldó ya con la dimisión de Walter Veltroni, derrotado previamente ante Silvio Berlusconi. Tras Veltroni, asumió las riendas del Partido Demócrata (PD) Dario Franceschini, quien tampoco logró convencer al electorado. El pasado octubre Pierluigi Bersani fue elegido nuevo líder del Partido Demócrata italiano con el 53,2 % de los votos. Aunque parece haber mejorado ligeramente las perspectivas de la coalición, muchos analistas apuntan a que esta mejoría no es tanto por méritos propios como por los escándalos que rodean a Il Cavaliere. Al primer ministro italiano se le ha llegado a vincular con la Mafia y se le acusó de haber mantenido relaciones con menores. Los laboristas en el Reino Unido no pueden hacer otra cosa que esperar la derrota. Hasta el periódico The Sun, fiel apoyo a los socialistas británicos, criticó la gestión del premier Gordon Brown. “Este Gobierno ha perdido el rumbo. Ahora pierde también el apoyo de 'The Sun”, titulaba el diario británico el pasado octubre. Una encuesta de Ipsos MORI para el diario Observer, publicada hace dos semanas, mostró que el Partido Conservador de David Cameron obtendría un 43% de los votos, un incremento de seis puntos respecto al mes pasado, con 17 puntos de ventaja sobre los laboristas de Brown, que ha bajado cinco puntos, al 26%. Mientras, la encuesta de YouGov para la publicación People dio a los conservadores un 40% y un 28% a los laboristas. Ambas encuestas otorgan al líder conservador una mayoría de más de 50 escaños en el Parlamento. Estos sondeos no sorprenden después de que el ministro de Finanzas, Alistair Darling, presentara este mes que la deuda del Gobierno ascenderá a un récord de 178.000 millones de libras (unos 200.000 millones de euros) este año fiscal.

Todas estas victorias se pueden, por supuesto, extrapolar al Parlamento europeo. En los pasados comicios de junio, la izquierda retrocedió en la Eurocámara. Cuenta con sólo 184 escaños frente a los 265 del Partido Popular Europeo, 16 menos que en los anteriores comicios de 2004. Además, el grupo socialista ha sido incapaz de proponer un candidato alternativo a José Manuel Durao Barroso a la Presidencia de la Comisión Europea.

"La izquierda está derrotada", asegura a LA GACETA, Jaime Mayor Oreja, portavoz del Grupo Popular en el Parlamento europeo. "Los partidos socialistas están atravesando la crisis más importante y eso se ve reflejado en los pésimos resultados obtenidos". Así, el representante popular en la Eurocámara señala que "los valores socialistas no convencen porque han dejado de hacer debate económico social y, en este momento, están en la nada". Por este motivo, los ciudadanos prefieren votar al PP porque "es la opción más sólida de Europa".

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LOS ENGAÑOS DE LA IZQUIERDA.

La izquierda no está derrotada porque hay, todavía, millones de personas que interiorizaron, en su momento, ciertas ideas de igualdad, emancipación, solidaridad y similares, que les sirven para un roto y un descosido. La vaguedad de su formulación lo permite.

Para empezar, la izquierda no tiene modo de producción propio. Han fracasado rotunda y repetidamente. De manera trágica, esparciando sufrimiento y hambre. A pesar de todo, su sectarismo les hace sentirse moralmente superiores. ¿Por qué? Porque dicen que representan la utopía, un mundo mejor ('otro mundo es posible'), frente a la derecha, realmente existente, que representaría la realidad-real. Una realidad trufada de pobreza, violencia, corrupción e injusticia.

Para mucha gente no es fácil darse cuenta de la desvergüenza que suponen estas palabras. Otros lo ven y prefieren callarse. Queda mejor ser 'progresista'. ¿En qué consiste la desvergüenza de la izquierda al expresarse de este modo?

En que oponen una idealidad (la utopía de la izquierda, un supuesto mundo feliz) a la realidad-real. Es inevitable que la realidad (la sociedad de mercado actual) sea más imperfecta que la sociedad ideal soñada por esta cuadrilla de peligrosos emancipadores que tiene sobre sus espaldas unos CIEN MILLONES DE MUERTOS.

Si tuvieran decencia opondrían una realidad (Cuba, Venezuela, Bolivia y similares) a otra realidad, la de los países democráticos basados en la economía de mercado. Pero esta contraposición les resulta fatal, excepto para los más lelos y fanáticos, incapaces de ver lo que no casa con sus dogmas. De ahí que tengan que insistir en una mundo inexistente , una utopía, en la que todos seremos felices y comeremos perdices.

Por supuesto, estas palabras no suponen una bendición de lo actual. Lo que implican es que es de idiotas, suicidas e irresponsables, saltar de la barca y lanzarse al mar sin tener nada mejor. ¡Y no tienen nada mejor salvo sus mentiras y falsas promesas!

Otto Neurath, aunque hablaba de la ciencia, decía que nos hallamos como los marineros de un navío que tuvieran que reconstruirlo continuamente, cambiando sus piezas una por una (¡no todas a la vez, por supuesto!), pero siempre a flote, nunca en un puerto seco.

¿Qué significa esto, si lo trasladamos al ámbito político del que estamos hablando? Que lo inteligente, sensato y responsable es ir mejorando continuamente, reconstruyendo las piezas de configuran nuestro mundo, sabiendo que es una labor que nunca termina completamente. Un esfuerzo inteligente que se transmite de generación en generación.

Por contra, las utopías suponen una totalidad cerrada. Suponen que ya hemos llegado a puerto y nos podemos quedar tranquilos. ¡Es falso! ¡Y es peligroso!

Pero la derecha (por utilizar la simplona y superficial distinción) no será mejor que la izquierda si no interioriza la necesidad de mejora constante y paulatina. Si no interioriza que la búsqueda de un mundo mejor está vinculado a la creación de hombres libres y responsables. No a súbditos adoctrinados. Y actúa en consecuencia.

Alexis de Tocqueville: Nunca se repetirá bastante que nada hay más fecundo en maravillas que el arte de ser libre; pero nada asimismo tan duro como el aprendizaje de la libertad.

Sebastián Urbina.

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