(Siguen haciendo lo que han hecho siempre. Imponer su mentalidad totalitaria a todos. Los que se resisten son 'anticatalanes' o 'españolistas'. O sea, apestados a los que hay que marginar.
Y si se ponen pesados, coaccionar.
Y todo esto con el beneplácito de populares y socialistas. Con las dignas excepciones de rigor.)
LA DERECHONA CATALUFA.
‘’Lo que se le ha hecho a Marina
Pibernat es propio de una sociedad represiva
e intolerante, de un modelo de convivencia condicionada, que una parte
muy activa y fanatizada quiere imponer a toda la población.’’
"[...] La presión que se ejerce sobre
quienes no comulgan con la causa independentista llega a menudo a hacerles
objeto de acosos y linchamientos verbales colectivos sin que nadie haga nada
por evitarlo.
El pasado 8 de mayo de 2015, durante la emisión de un debate electoral, Marina
Pibernat tildó de 'derechona catalufa' a los candidatos soberanistas y calificó
de 'asqueroso' al nacionalismo.
Pero ya hacía tiempo que, debido a su tono
beligerante y sarcástico, se veía acosada en las redes por un entorno incapaz
de aceptar con normalidad democrática que una catalana de izquierdas no sea soberanista.
Significativamente, ha sido la expresión 'catalufo',
y no 'derechona', la que ha desencadenado el torbellino que le ha hecho
imposible a esta militante comunista su participación en política y la
presencia en las redes. No es cierto
que todos los catalanes que simpaticen con la independencia compartan esta
actitud agresiva. Se trata sólo de una pequeña parte, pero manifiesta tal
voluntad de control que ha conseguido intervenir en la confección de listas
ajenas a su ámbito. Se suscitan, por tanto, dudas sobre la salud colectiva
de una sociedad incapacitada para la discusión, para la ironía y para frenar a
tiempo situaciones como éstas.
El pretexto para
el linchamiento al que Marina Pibernat se ha visto sometida ha sido el supuesto
carácter catalanófobo de la palabra 'catalufo'. Cuesta aceptar que una palabra
según quién la use tenga un significado u otro. Articulistas soberanistas utilizan
en sus escritos el término 'catalufo' con intención coloquial y lejos de darle
un sentido catalanófobo. Es inaceptable que
cuando esa misma expresión la emplea alguien que se niega a seguir el
independentismo, se despliegue una inusitada campaña de intimidación
inquisitorial, llegando a afectarle al derecho democrático elemental de
presentarse a unas elecciones.
A Marina Pibernat se la ha acusado incluso de
inventarse sus apellidos catalanes,
pues se daba por hecho que alguien realmente llamado como ella no podía más que
ser soberanista. Comprobada la
autenticidad de su nombre, se le ha reprochado caer en un 'autoodio' catalán,
argumento idéntico al que utiliza la derecha nacionalista de Israel.
Lo que se le ha hecho a Marina Pibernat es propio de
una sociedad represiva e intolerante, de un modelo de convivencia condicionada,
que una parte muy activa y fanatizada quiere imponer a toda la población. Al acusar a Marina Pibernat de catalanofobia se reproduce una situación
que recuerda las creadas por el ayatolá Jomeini, el cual acuñó el término
'islamofobia' para blindar los desmanes de su régimen integrista.
[...] Con Marina
Pibernat se ha cruzado una línea roja insólita que ha conducido a que sean los
sectores más belicosos de la sociedad los que determinen quién va en las listas
electorales. Quienes han inspirado esta carrera tienen la responsabilidad de
frenar un curso de los acontecimientos que, además de ser peligroso, es
innecesario".
(Crónica
Global)
1 comentario:
Es que la izquierda española amiga del caciquismo local, del constructo falso e identitario y de todo el resto de cosas es algo que chirría mucho (aunque la autodeniminada izquierda española es un caso aparte). No me extraña que esta mujer sea disidente del separatismo catalán y su ideología adscrita, lo extraño es lo contrario.
Publicar un comentario