NO SERÁ CANDIDATA DEL PP VASCO
Otaola: "En el País Vasco no me puedo quedar"
J. ARIAS BORQUE
La alcaldesa de Lizarza se ratificó este domingo en su decisión de no volver a repetir como candidata del PP a las Juntas y al consistorio guipuzcoano. Además, adelantó a LD su intención de abandonar la región: "En el País Vasco no me puedo quedar porque aquí no puedo encontrar trabajo, y yo necesito trabajar".(LD).
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LA LUZ EN LA CIÉNAGA.
Regina Otaola resplandece en una ciénaga. ¿Será suficiente su ejemplo? ¿Será suficiente su esfuerzo? Ir a contracorriente, arriesgando la propia vida, haciendo el bien y defendiendo la libertad, es propio de héroes y heroínas.
El simple mortal solamente es capaz de seguir la tribu. En ocasiones, algunos levantan la voz. Sucedió en el País Vasco cuando el asesinato de Blanco.
La gente, sin más, sin previas consignas, se echó a la calle. Estalló. Recuerdo haber visto por televisión, fugazmente, una errikotaberna que se estaba incendiando. Por supuesto, no se incendió sola. Fue incendiada por la gente. Luego salieron a la calle diversos políticos para aplacar la furia de las masas. ¡Calma! ¡Ganaremos siguiendo las reglas!¡Así les damos la razón a los violentos!
Y la gente contó los asesinados. Más de novecientos y, poco a poco, volvió a sus casas. A llorar su rabia y su humillación. En silencio.
Creo que, en momentos excepcionales, seguir a rajatabla los caminos establecidos para solucionar los problemas normales, es un error. Cuando la gente explotó, en el País Vasco, los políticos iban con guardaespaldas, la policía con la cara tapada, las escuelas vascas enseñando el odio a España y a los españoles, las elecciones democráticas, una farsa antidemocrática. Es decir, muchos políticos (los no nacionalistas) no podían acudir a muchos pueblos a exponer su programa. Ni siquiera protegidos. Democracia.
Solamente el miedo y la cobardía explican este sometimiento ruin a una legalidad que no protege a la gente decente. Al contrario, hace que la gente decente tenga que callar y esconderse. No sea cosa que le señalen con el dedo. ¿Es esto democracia o mafia organizada?
Pues bien, en este contexto se produjo la explosión. Pero fue controlada. Y las aguas volvieron a su cauce. Es decir, la mafia siguió gobernando, en las instituciones y fuera de las instituciones. Y la gente decente, pero temerosa de ser señalada con el dedo, siguió callando y disimulando.
El que esto es así, explica que minorías activas y agresivas puedan con mayorías silenciosas y acomodaticias. En las circunstancias mencionadas, no hay democracia que defender. No la hay. Hay miedo y muchas mentiras.
En la actualidad, con un gobierno PSOE-PP, Regina Otaola sabe que no encontrará trabajo. Pero sabe, aunque no lo diga, que sin escolta puede recibir un tiro en la nuca. O una bomba debajo del coche. O una paliza. Cualquier cosa puede suceder en la democracia vasca.
¿Indignación? Nada de nada. La indignación de verdad (y se anuncian querellas) se ha producido porque Eduardo Garcia Serrano dijo que la autora de una guarrada era una guarra. Esta es la sociedad en la que vivimos.
Sebastián Urbina.
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LA LUZ EN LA CIÉNAGA.
Regina Otaola resplandece en una ciénaga. ¿Será suficiente su ejemplo? ¿Será suficiente su esfuerzo? Ir a contracorriente, arriesgando la propia vida, haciendo el bien y defendiendo la libertad, es propio de héroes y heroínas.
El simple mortal solamente es capaz de seguir la tribu. En ocasiones, algunos levantan la voz. Sucedió en el País Vasco cuando el asesinato de Blanco.
La gente, sin más, sin previas consignas, se echó a la calle. Estalló. Recuerdo haber visto por televisión, fugazmente, una errikotaberna que se estaba incendiando. Por supuesto, no se incendió sola. Fue incendiada por la gente. Luego salieron a la calle diversos políticos para aplacar la furia de las masas. ¡Calma! ¡Ganaremos siguiendo las reglas!¡Así les damos la razón a los violentos!
Y la gente contó los asesinados. Más de novecientos y, poco a poco, volvió a sus casas. A llorar su rabia y su humillación. En silencio.
Creo que, en momentos excepcionales, seguir a rajatabla los caminos establecidos para solucionar los problemas normales, es un error. Cuando la gente explotó, en el País Vasco, los políticos iban con guardaespaldas, la policía con la cara tapada, las escuelas vascas enseñando el odio a España y a los españoles, las elecciones democráticas, una farsa antidemocrática. Es decir, muchos políticos (los no nacionalistas) no podían acudir a muchos pueblos a exponer su programa. Ni siquiera protegidos. Democracia.
Solamente el miedo y la cobardía explican este sometimiento ruin a una legalidad que no protege a la gente decente. Al contrario, hace que la gente decente tenga que callar y esconderse. No sea cosa que le señalen con el dedo. ¿Es esto democracia o mafia organizada?
Pues bien, en este contexto se produjo la explosión. Pero fue controlada. Y las aguas volvieron a su cauce. Es decir, la mafia siguió gobernando, en las instituciones y fuera de las instituciones. Y la gente decente, pero temerosa de ser señalada con el dedo, siguió callando y disimulando.
El que esto es así, explica que minorías activas y agresivas puedan con mayorías silenciosas y acomodaticias. En las circunstancias mencionadas, no hay democracia que defender. No la hay. Hay miedo y muchas mentiras.
En la actualidad, con un gobierno PSOE-PP, Regina Otaola sabe que no encontrará trabajo. Pero sabe, aunque no lo diga, que sin escolta puede recibir un tiro en la nuca. O una bomba debajo del coche. O una paliza. Cualquier cosa puede suceder en la democracia vasca.
¿Indignación? Nada de nada. La indignación de verdad (y se anuncian querellas) se ha producido porque Eduardo Garcia Serrano dijo que la autora de una guarrada era una guarra. Esta es la sociedad en la que vivimos.
Sebastián Urbina.
1 comentario:
"La razón y el valor siempre se impondrán a la traición y a la ingratitud."
Platón. Ojalá tenga razón.
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