miércoles, 8 de julio de 2009

CAMPAÑA MEDIÁTICA.


Miércoles, 08-07-09
Una potente campaña mediática durante tres o cuatro meses y en este país nos morimos de miedo. Miedo a llamar a las cosas por su nombre y a denunciar el verdadero escándalo. Que, en el caso Camps, es que un político sea sentado en el banquillo por un supuesto regalo de cuatro trajes y un par de zapatos.

El colmo del ataque de miedo o del cinismo más lamentable es que algunos exijan incluso la dimisión de Camps. La dimisión de un responsable político por la recepción de unos regalos de importe inferior a seis mil euros. Cuando todos y cada uno de los periodistas y políticos de este país saben que la coherencia con esa posición obliga al enjuiciamiento del ochenta por cien de nuestra clase política. Y de la clase política extranjera, dejémonos de hipocresías de una vez.

Y no añado el caso de otros líderes sociales, periodistas, intelectuales, empresarios, que reciben igualmente regalos comparables o superiores, porque no son funcionarios. Pero tienen tanta o más influencia en las decisiones públicas. En la decisión de qué es perseguible y qué no, por ejemplo.

Lo sabe igualmente el juez Flors. Como sabe, él y todos los jueces, que una bofetada a un hijo también puede sentar a un padre en el banquillo. Pero ése es uno de los muchos casos en que ni un solo juez tiene la ocurrencia de hacer una aplicación literal de la ley. Más que nada por no poner al país en la tesitura de sentar en el banquillo a todos los padres españoles. El único juez que aplicó literalmente la ley hace unos meses, y no sólo sentó a una madre en el banquillo sino que la condenó, recibió una condena generalizada. Al juez Flors se le tacha, sin embargo, de exquisito, pero seguramente él mismo es consciente de que ha sido atrapado en un delito completamente mediático en el que el presidente valenciano es la pieza de una operación política y el juez, el accidental brazo ejecutor. (Edurne Uriarte/ABC)
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¿Por qué no se habla de los diez millones de euros que Chavez dio a la empresa en la que su hija era y es apoderada? Curioso. Venga, a chuparse el dedo y hablar más de los trajes. ¿Y la crisis? ¿Qué crisis? Venga, venga. Hablemos de los trajes. ¿Y la financiación autonómica? ¡No seas facha! Habla de lo importante. De los trajes de Camps.
Sebastián Urbina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Posiblemente valen más las cacerías, "gratis total" de Bermejo que los trajes de Camps.

En cualquier caso, yo quiero que a nuestra sublime vicepresidenta de la Vega se le pidan las facturas de sus trajes, y si no es capaz de exhibirlas, que se le procese, pues es evidente que si ella no tiene las facturas de todos y cada uno de sus innumerables atuendos "alguien se los habrá regalado"

¡¡¡Todos a la cárcel!!!

Anónimo dijo...

De todas maneras estas lagartas, tendrán sus gastos de protocolo para cubrir sus modelitos y similares.

El problema de Camps con sus trajes, es que dijo que los había pagado y que su honorabilidad no se podía poner en tela de juicio.

Si se lo admite el tribunal, el problema ya está solucionado y si lo encuentran culpable, pues mala suerte para el y todos los gilipuertas que le han arropado, poniéndose a su altura o bajura, según se mire.

De todas maneras el pacto por la justicia funcionará. Lo que no se, es a favor de quién.

FERNANDO SANTAYANA