jueves, 26 de junio de 2008

DICTADORES BUENOS.


26/6/2008.


DICTADORES BUENOS.



Jacobo Machover: “La simpatía de Moratinos al régimen de Castro es algo totalmente indigno de la democracia española”

26.06.08 | 16:09. Archivado en personajes

Christian Rubio (PD).- El levantamiento definitivo de sanciones contra Cuba por parte de la Unión Europea ha generado una gran controversia entre los disidentes del régimen castrista. Jacobo Machover, que hace muchos años ya tuvo que salir de la Isla, ha calificado la medida como “absolutamente ignominiosa e injustificada”, reprobando la “simpatía del gobierno español hacia una de las dictaduras más largas del mundo”.

¿Qué le parece la medida adoptada por la Unión Europea?

Me parece absolutamente ignominiosa e injustificada. Las sanciones habían sido tomadas a raíz de lo que se llamó la Primavera Negra de 2003, cuando alrededor de 75 disidentes fueron detenidos en una redada y 3 muchachos fueron fusilados cuando habían intentado secuestrar un barco. La UE tomó estas medidas bastante justificadas, gracias a la iniciativa de España con el anterior gobierno. Las medidas eran bastante eficaces aunque fueran simbólicas, y se presentaron como un golpe muy duro contra el régimen de Fidel Castro. Entonces el levantamiento de las sanciones no se justifica porque no ha habido medidas de liberalización, ha habido liberaciones, a cuentagotas diría yo, de algunos disidentes, la mayoría de ellos enfermos. Pero sigue habiendo cerca de 300 presos políticos en Cuba. Lo único que salva el asunto es el codicilo que le agregó la República Checa y que provocó el furor de las autoridades castristas, ya que ponía la condición de que tenía que haber una mejora en la situación de los derechos humanos en Cuba.

¿Considera que haber levantado definitivamente las sanciones contra Cuba implica ceder ante el régimen dictatorial de Castro?

No sólo eso. Significa también una simpatía manifiesta por el régimen de Castro y en ese sentido diría que el responsable de esas manifestaciones de simpatía hacia una de las dictaduras más largas del mundo es el Ministro de Asuntos Exteriores español Miguel Ángel Moratinos. Y eso es absolutamente indigno de la democracia española, y por ende de todas las democracias de la Unión Europea salvo algunas excepciones, como es el caso de la República Checa.

¿Entonces cómo define la actitud del Gobierno español ante esta situación?

De complicidad manifiesta, que no es muy comprensible si se atiende a la larga dictadura que ha conocido España bajo el franquismo y que todo el mundo recuerda como uno de los peores periodos que ha conocido un país europeo. La dictadura castrista es todavía más larga, y no es complaciendo a esa dictadura como se puede llegar a avances de ningún tipo. En Cuba hay prácticamente una sucesión dinástica, el hermano mayor le traspasa el poder al hermano menor, y en realidad esa solución política es absolutamente ilegítima y grotesca, que no va a llevar a ninguna parte y no implica ninguna transición democrática para la isla desgraciadamente.

¿Qué le parece la afirmación de Fidel Castro de que la UE ha sido hipócrita y que dispone de una medida de inmigración “brutal”?

La cuestión de la inmigración ha sido lanzada por los gobiernos que siguen la política del castrismo, como Hugo Chávez en Venezuela o Evo Morales en Bolivia, que se aferran a cualquier pretexto para defender a Cuba y para descalificar medidas que no les conciernen tan directamente. Es un asunto extremadamente complejo dentro de la UE, y yo creo que todos los países, incluso los latinoamericanos, tienen políticas migratorias que son discutibles. Cada país aplica la suya propia, pero en todo caso no se puede poner en la balanza la política de inmigración de los países europeos, que son soberanos en ese aspecto, y la política de cualquiera de los países latinoamericanos. Esas tomas de posición de los gobiernos de América latina son puros pretextos para desviar la atención de su propia población.



No tienen remedio. ¿Se imaginan que el Gobierno español apoyase a un dictador 'de derechas'? ¡Sería un escándalo! Hay que ser un berzas profesional, o un sinvergüenza político para hacer distinciones, como hace la izquierda, entre dictadores 'buenos' (los suyos) y dictadores 'malos' (los otros).


Esta idiotez, aderezada con aires de superioridad moral, es típica de mucha gente de izquierdas. Algunos de ellos son personas inteligentes, incluso destacadas en sus ámbitos de trabajo, pero al tratar cuestiones políticas se convierten en patéticos esclavos morales incapaces de la mínima independencia de criterio y objetividad.

Esta miseria moral la han exhibido, y exhiben, famosos personajes como el poeta Aragon, el filósofo Althusser, nuestro Pablo Picasso y un largo etcetera. Recordemos, una vez más, la obra de Martin Amis, 'Koba, el temible' para refrescar la memoria y asombrarse ante las bajezas y el autoengaño de innumerables intelectuales europeos de prestigio. En este caso, con la Unión Soviética y el padrecito Stalin.


Sebastián Urbina.

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Carlos Alberto Montaner sobre el libro de A. J. Chinchetru, 'Bajo el signo de Fidel'.

Lo terrible es que el Gobierno ha tenido un magnífico aliado para lograr esa transformación espiritual de los cubanos: la misma familia a la que ha pulverizado. El padre y la madre enseñan a sus hijos a que mientan para que evadan los rigores de la dictadura. Para poder estudiar buenas carreras y tener buenos trabajos hay que aplaudir siempre, con las dos manos, con la sonrisa, con la palabra. Para aliviar la miseria todo vale, incluido alquilar el cuerpo. El mensaje que se transmite una y otra vez sotto voce es muy claro: no te metas en problemas, coopera, no resistas la opresión, no te rebeles. Sencillamente, baja la cabeza, asiente, acéptalo todo: sobrevive a cualquier precio.

Afortunadamente, no todos los cubanos son así. Bajo el signo... termina con una nota esperanzadora: Chinchetru describe sus contactos con algunos de los demócratas de la oposición que están dispuestos a dar la cara y a revelar sus sentimientos y creencias. Esos valientes disidentes, un pequeñísimo grupo de cubanos, son los únicos seres en esa Isla atormentada que están dispuestos a jugárselo todo por el derecho que tienen a decir lo que creen y, como quería Martí, "a pensar y hablar sin hipocresía".

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