NOSOTROS, LOS ESPAÑOLES, Fernando Díaz Villanueva, ediciones Áltera.
La nación española no es un invento franquista
Nosotros y ellos.
(Emilio Campany). El que Rajoy prefiera para presidir el PP vasco al hombre que más claramente se ha manifestado en favor de una secesión de su partido para convertirlo en una especie de UPN da una idea de la profundidad de la crisis en la que está sumida la derecha española. Ya no ocurre sólo que muchos del PP se apresuran a subir al carro de heno que conduce Zapatero tras oír el grito de quien se sienta arriba del todo: "Marchemos todos, y yo el primero, por la senda anticonstitucional." Ni siquiera basta con transformar nuestro estado autonómico, muy imperfecto, pero legal, en otro aconstitucional constituido por cuatro o cinco estados confederados. Ocurre que han despertado los viejos fantasmas de la derecha española: el fulanismo, el caciquismo, la lucha cainita y su peor secuela, el fraccionamiento regional degenerado hoy casi en cantonalismo. El PP se nos descubre abarrotado de caciques que ofrecen avales al líder con la insistencia con que las suripantas le tiran a uno de la chaqueta en los barrios chinos de medio mundo mientras se rifan el botín que están seguros repartirán cuando aquél caiga. No interesan proyectos para España, aburren los sermones catastrofistas, se hacen oídos sordos a propuestas regeneracionistas y se desdeña todo lo que sean simplemente ideas. (Pablo Molina). Cualquier esfuerzo editorial por poner en valor nuestro pasado común es hoy, tal vez, más necesario que nunca. La izquierda española y sus aliados separatistas llevan décadas intentando hacer pasar por historia de España lo que no es más que una burda construcción sociopolítica destinada a justificar sus fechorías presentes y futuras, esto es, que no somos una nación con un pasado común, sino un conjunto de pueblos históricamente mal avenidos que nunca hicieron nada bien juntos, salvo esquilmar a quienes fueron sometidos a su yugo. Estamos en puertas de una nueva versión de la Primera República. Después de haber disfrutado de la mejor época (en términos de libertad y en términos económicos) de la Historia de España, estamos caminando sobre el filo de la navaja. Yo creo que nos lo merecemos. Sólo espero que el parto, o el vómito, sea rápido. ¿Cómo es posible tanta estupidez? Rajoy, y lo que representa, ya no es mejor que los llamados socialistas. ¡Qué derecha tan miserable! Pensé que no era tan mezquina como la izquierda pero me equivoqué. Se merecen. Aunque hablen lenguajes distintos subyace la misma miseria política. Porque las diferencias son más estéticas que éticas. Sebastián Urbina. XXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXXX | (Pablo Molina). Cualquier esfuerzo editorial por poner en valor nuestro pasado común es hoy, tal vez, más necesario que nunca. La izquierda española y sus aliados separatistas llevan décadas intentando hacer pasar por historia de España lo que no es más que una burda construcción sociopolítica destinada a justificar sus fechorías presentes y futuras, esto es, que no somos una nación con un pasado común, sino un conjunto de pueblos históricamente mal avenidos que nunca hicieron nada bien juntos, salvo esquilmar a quienes fueron sometidos a su yugo. |
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