martes, 20 de abril de 2010

ANTONIO ELORZA.






14 de Mayo 2006

Patinazos de Antonio Elorza

Hace tiempo leímos un documentado libro de Antonio Elorza y Marta Bizcarrondo titulado Queridos camaradas: la Internacional Comunista y España, 1919-1939. Dicho libro dejaba definitivamente demostrada la teoría de la sumisión del Frente Popular a los dictados de Stalin, tal y como había aparecido anteriormente en otros libros nada sospechosos de "franquistas" como, por ejemplo, Un coronel llamado Segismundo. Mentiras y misterios de la guerra de Stalin en España, del comunista Francisco Félix Montiel. Tras la lectura de Queridos camaradas nos forjamos una idea de seriedad y rigor de Antonio Elorza que acaba de deshacerse ante la crónica del Diario de Navarra en la que el catedrático de Historia del Pensamiento Político patina en varios comentarios:

Es un "tópico" que la Segunda República estaba encaminada inevitablemente a una revolución. De tópico nada. Revolución fue 1934. Revolución fue el Frente Popular. Revolución fue el orden instaurado el 19 de julio en la zona roja. Revolución fue Paracuellos. Revolución fue Negrín. Revolución fueron las comunas anarquistas...

La visión histórica de la derecha forma parte de una "actividad publicista" muy activa. Vender libros no es siempre síntoma de publicismo. Y menos cuando hablamos de Historia. Que De la Cierva, Moa o Vidal vendan libros demuestra que muchos españoles poseen análisis crítico, frente a las mentiras oficiales y "universitarias".

Unos revolucionarios, que pudieron desestabilizar a la República, pero que acabaron defendiéndola. Tres mentiras en una. 1ª) De "unos", nada: muchos. Vamos, el PSOE, el PCE, la Esquerra, UGT, CNT, FAI... al completo. 2ª) De que "pudieron", nada. La desestabilizaron: en 1932 los anarquistas, en 1934 los socialistas, comunistas y separatistas. Y en 1936 el Frente Popular, desde las instituciones. 3ª) Y de que "acabaron defendiéndola" menos. Lo que defendía toda esta gente en 1938 y 1939 era todo menos "República", entendida al modo democrático.

Se vivía con «miedo al fascismo» que había triunfado en Italia y después lo haría en Alemania y Austria. Pues cuando ganó la derecha las elecciones de 1933, aquí no hubo ni fascismo ni nazismo. Hubo defensa de la legalidad frente al rupturismo del PSOE y la Esquerra.

La fuerza de los proyectos revolucionarios procede de que se viven como un sueño. Que se lo digan a éstos, que "viven" soñando desde que conocieron la cara oculta de la revolución.

El cambio político se veía inevitablemente unido al cambio social. Y eso ocurría en parte porque los problemas sociales y las desigualdades eran enormes. ¿En qué quedamos entonces? ¿Había o no revolución, proceso revolucionario, socialismo real o como ustedes quieran llamarlo?

Existían instituciones fuertes que iban a frenar cualquier intento de cambio. Eran el Ejército y la Iglesia. Porque el "cambio" era la Revolución. Sencillamente.

Entonces la Unión Soviética era modelo para el cambio, el espejismo de un mundo feliz. Hombre, si nos van a terminar dando la razón.

La Segunda República, de cuya proclamación se cumplieron en abril 75 años, es un periodo histórico cuyo «contenido» no está siendo suficientemente recordado. ¿Se ha exiliado este tío o qué? Si esta gente no para de recordar ad nauseam aquellos desastrosos años.

Elorza, esta vez has patinado y mucho. Que Dios te conserve la vista...

(Batiburrillo. Red Liberal).

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