Montilla: "España será la principal víctima de una sentencia negativa"
El presidente de la Generalitat, José Montilla, y el abogado y ex dirigente de CiU Miquel Roca Junyent han advertido de que España será "la principal víctima" de una sentencia que recorte el Estatut catalán, y se han mostrado seguros de que el Tribunal Constitucional respetará la integridad del texto.
Montilla y Roca alertan que España será la víctima de una sentencia negativa. El presidente catalán ha asegurado que las relaciones entre Cataluña y España deben regirse por la "lealtad", y que cuando ésta pasa a segundo término se pone en peligro "la confianza" de la sociedad catalana en las instituciones del Estado.
"Donde algunos ven sólo un texto jurídico, Cataluña ve también su voluntad mayoritaria, un pacto político con el Estado y su ley de leyes", ha afirmado Montilla en referencia al Estatut.
Para Roca, la defensa del Estatut es también la defensa "de la estabilidad" de España, y ha recordado que, a lo largo de la historia, el Estado sólo ha gozado de períodos de progreso cuando se ha respetado la voluntad de autogobierno de Cataluña.
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CHULERÍA BARRIOBAJERA.
Los chulos de barrio están enfurecidos. De forma parecida a como sucede con los matones, acostumbrados a que la gente les ceda el paso y no les mire a los ojos, los nacionalistas catalanistas creen que su deseo es ley. Ley para todos. ¿Cómo ha sido posible?
Tenemos un Presidente de Gobierno que, en un acto de suma irresponsabilidad política, les dijo a los catalanistas que apoyaría cualquier Estatuto que ellos aprobaran. Vieron el cielo abierto. Con el apoyo de la mitad del electorado, ya tenemos un estatuto anticonstitucional, insolidario y soberanista. Pero a Zapatero no le importa. La Nación (española) es un concepto discutido y discutible, dijo en un arrebato de reflexión profunda e internacionalista progresista.
Los catalanistas han sido, con los dos grandes partidos, bisagra política. O sea, mosca cojonera, garrapata insaciable. Todo ello debido a la nefasta e injusta ley electoral. Pero no basta. Se ha debido, además, a la falta de sentido de Estado de los dos grandes partidos. No se puede permitir que unos minoritarios que son, encima, antiespañoles, puedan dirigir la política nacional. Por eso no debe extrañarles, queridos lectores, este olor a podrido que tanto les molesta y que inunda el aire.
En este contexto de cesión permanente e injustificada, no es de extrañar que el bachiller Montilla ejerza de chulo de barrio y amenace a España. Pues sí. Mientras los españoles se dejen, es lo normal.
Que le vaya mal, sr. Montilla. Con todo mi desprecio. Político.
Sebastián Urbina.
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