María Emilia Casas.
La presidenta del TC está bloqueando la decisión
Casas, cómplice del Gobierno ZP
- Bono cree que el Tribunal Constitucional tiene plena legitimidad y le pide que no demore el Estatut
- Estatut.- Montilla ve "inexcusable" renovar el TC y así lo pedirá a Zapatero y Rajoy
- El nuevo fracaso del Constitucional deja el Estatut en manos conservadoras
- El Constitucional estira al máximo el debate sobre el Estatut sin garantías de acuerdo
- Estatut-Duran invita al TC a dictar sentencia tras las elecciones catalanas y rechaza un referéndum si cambia el Estatut
Nadie tiene la más mínima duda de que el nuevo Estatuto catalán es inconstitucional. Lo cual significa que ahora queda claro, extremadamente claro, que se intentó, deliberadamente, violar la Constitución con la aprobación de este texto. Ahora conviene no perder la perspectiva y dejar claras las responsabilidades. Y la responsable máxima de esta situación es Doña María Emilia Casas Bahamonde. Por ello, debe dimitir.
I. EL NUEVO ESTATUTO CATALÁN Y LA MENTIRA DEL PRESIDENTE RODRÍGUEZ: DE "LIMPIO COMO UNA PATENA" A CONSTITUCIONAL "EN SU MAYOR PARTE"
Me llama la atención, muy poderosamente, que no se haya hecho eco nadie de la enésima, pero gravísima, mentira del presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Recordemos.
13 de noviembre de 2003
Rodríguez, entonces candidato a la presidencia del Gobierno dijo el 13 de noviembre de 2003 aquel disparate de que "respetaré el Estatuto que apruebe el Parlamento de Cataluña"
12 de octubre de 2005
Mientras el Parlamento catalán discutía el proyecto de nuevo Estatuto se supone que el hoy ministro de justicia estaba negociando con los grupos parlamentarios de aquel órgano una redacción "constitucional"; pero el resultado no debió de ser muy presentable, porque, el propio Rodríguez, ya presidente, dijo el 12 de octubre de 2005 que el proyecto de nuevo Estatuto quedaría "limpio como una patena" tras su paso por el Congreso.
Si tenía que quedar "limpio" es que a pesar del "asesoramiento" del actual ministro de justicia, el texto no quedó "limpio" en el Parlamento de Cataluña. O lo que es lo mismo. Que el Parlamento de Cataluña aprobó, deliberadamente, un Estatuto muy manchado de inconstitucionalidad.
22 de marzo de 2010
Cuando el TC, presidido por Emilia Casas se disponía a discutir el ¡quinto! proyecto de sentencia intentando salvar la mayor parte del Estatuto el presidente Rodríguez dijo que ve constitucional "la mayor parte" del Estatuto catalán.
O lo que es lo mismo. Si a su juicio, "la mayor parte" del nuevo Estatuto es "constitucional" es que hay una parte, aunque sea pequeña, que no lo es a su juicio. Y si hay una parte, aun pequeña, que no es constitucional, es que el Estatuto no está "limpio como una patena".
Dicho de otra manera: el presidente Rodríguez ha promovido, conscientemente, una norma que contiene preceptos inconstitucionales.
Gravísimo.
II. EMILIA CASAS, CÓMPLICE DEL GOBIERNO PARA EVITAR LA DECLARACIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD DEL NUEVO ESTATUTO CATALÁN
El mandato de Emilia Casas como presidenta y como magistrada concluyó en junio de 2007. La Constitución establece, en su artículo 160, que el mandato del Presidente del TC tiene una duración de TRES AÑOS. Doña Emilia Casas fue elegida presidenta en el año 2004; su presidencia concluía, según el art. 160 de la Constitución, en el año 2007.
El Gobierno tuvo pánico ante la eventualidad de que, una vez que se agotara el mandato de Casas, accediera a la presidencia otro magistrado menos "sensible" hacia el Gobierno. Por ello, el grupo parlamentario socialista en el Congreso introdujo la que se llamó "enmienda Casas" en la reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional-LOTC que se aprobó rápidamente, en mayo de 2007, apenas un mes antes de que se agotase el mandato de Casas (Ley orgánica 6/2007) que modificó el artículo 16.3 de la Ley para "blindar" la presidencia de Casas:
Si el mandato de tres años para el que fueron designados como Presidente y Vicepresidente no coincidiera con la renovación del Tribunal Constitucional, tal mandato quedará prorrogado para que finalice en el momento en que dicha renovación se produzca y tomen posesión los nuevos Magistrados.
La presidencia es un cargo clave. Por eso se blindó, forzando la Constitución al máximo, su presencia como presidenta. La tarea de Casas era doble.
En primer lugar, ella "convoca y preside" el Pleno (artículo 15 de la LOTC). Junto a esa tarea, y de forma complementaria, le corresponde nombrar y relevar al ponente encargado de presentar los proyectos de sentencia (artículo 80 de la LOTC y artículo 206 de la Ley Orgánica del Poder Judicial).
Aquí vengo denunciando desde hace meses que Emilia Casas está bloqueando la decisión. Durante años, al no encontrar una mayoría adicta dispuesta a avalar la "constitucionalidad" del nuvo Estatuto, ha estado impidiendo que el Estatuto se anule. Su política ha sido clara, por tanto: ya que no puede conseguir que el Estatuto se convalide como constitucional, intenta impedir que se declare inconstitucional.
Me permito recordar los trabajos en los que he denunciado esta actitud:
- Estatuto catalán: siguen las maniobras para impedir su anulación (14-IV-2009)
- La presidenta del TC impide que se anule el Estatuto catalán (12-VIII-2009);
- Retraso en la sentencia del Estatuto catalán: ¿complejidad o complicidad? (18-VIII-2009);
- Retraso en la sentencia del "Estatuto Zapatero": ¿va Casas por el camino de Calamita? (21-IX-2009);
- Estatuto catalán: ¿Tiene la presidenta del TC dignidad institucional? (26-XI-2009)
El segundo poder clave que tiene el presidente es el voto de calidad en caso de empate (artículo 90 de la LOTC).
III. NO HAY UN FRACASO DEL TC, HAY UN FRACASO DE SU PRESIDENTA
La prensa ha informado de las numerosas maniobras de Emilia Casas para intentar conseguir, a toda costa, una sentencia lo más complaciente con el nuevo Estatuto catalán. Se llegó así, la semana pasada a que la ponente, Elisa Pérez Vera, cercana a la presidenta, presentara su ¡quinto! proyecto de sentencia, después de que los cuatro proyectos anteriores fueron rechazados.
La presidenta, presumiblemente, para evitar el relevo de la ponente, no ha llegado en todo este tiempo a someter a votación su proyecto de sentencia y cuando en la discusión de los cuatro proyectos anteriores se constató que no había una mayoría a su favor ha intentado volver a empezar. Así casi cuatro años.
Pero por un error de cálculo o por otras circunstancias la semana pasada por fin sometió a votación el proyecto de sentencia, pensando que había al menos cinco votos (incluido el suyo) a favor. Un proyecto de sentencia, el más benévolo posible para el nuevo Estatuto catalán que anulaba 15 artículos del mismo.
La votación fue contundente: 6 de los 10 magistrados consideran que hay más de 15 artículos inconstitucionales.
Una vez producida la votación formal, el relevo de la ponente ha sido inevitable.
¿Cómo ha presentado la prensa esta situación?
Es muy ilustrativo leer los titulares de algunos medios.
Por un lado, los proclives al nuevo Estatuto
- La Razón (propiedad de José Manuel Lara, que firmó un manifiesto a favor del nuevo Estatuto), "El TC fracasa por quinta vez"
- El País, "El Constitucional fracasa por quinta vez en resolver el Estatuto catalán"
- La Vanguardia, "El TC se estrella";
- El Periódico de Cataluña, "Incapaces"
En contraste, otros titularon así
- ABC, "El Constitucional tumba la sentencia del Estatut que deseaba el Gobierno"
- El Mundo, "El Constitucional vota contra la ponencia que salvaba el Estatut"
¿Ha fracasado el TC?
Creo que no. Creo que atribuir el fracaso "al TC" no es más que el enésimo acto de complicidad con el Gobierno y la presidenta del TC. Llevo un año denunciando la responsabilidad de esta presidenta.
Constato con satisfacción que comparte esa opinión otro profesor de Derecho Constitucional, Carlos Flores:
la responsabilidad última por el hecho –sin duda escandaloso– de que a casi cuatro años vista de su entrada en vigor aun no tengamos una sentencia sobre la constitucionalidad del Estatut descansa de manera principalísima no en el Tribunal como tal, sino en la persona encargada de organizar su trabajo, que no es otra que su Presidenta
La conclusión necesaria de todo lo anterior, para mí, es muy clara:
María Emilia Casas Bahamonde debe dimitir como Presidenta del TC.
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