martes, 19 de febrero de 2013

IDIOTAS DE LIBRO



 (En fin, no es más tonto porque no se entrena.)





Carlos Boyero cuenta que Candela Peña le rompió el corazón. "Cómo no entender la denuncia de la intensa y desgarrada Candela Peña de que a su padre enfermo o agonizante la sanidad pública le negó mantas y el agua en el hospital. La apocalíptica imagen puedes imaginarla en la sitiada Sarajevo o en la barbarie de Ruanda", dice desconsolado el pobre chaval que no se ha enterado de que Candela nos largó un cuento chino.

 Y claro, se le ha despertado la fiera que lleva dentro. "Si eso ocurre actualmente como norma en los hospitales del Estado existe la fundada posibilidad de que la gente exija el procesamiento inmediato" de Rajoy, quien le provoca "una mala hostia homicida"

Con tantas emociones Boyero no se ha enterado de que el padre de Candela murió hace tres años, con Zapatero en el Gobierno, y en un hospital catalán, donde nunca ha gobernado el PP, y Candela se la ha colado doblada. Sosiégate, hombre, que sólo estaba representando un papel. (LD)

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡¡¡Vaya tipa!!!!...... y vaya tipos quienes la defienden.

Si mi padre hubiera estado agonizando en un hospital donde las atenciones y cuidados médicos no fueran adecuados, yo, que no tengo el dinero de esa tipa mentirosa, vendo todo lo que tengo, saco a mi padre de ahí, y lo llevo donde tenga todo lo que necesita.

Y lo hago aunque me quede sin blanca, tenga que pedir dinero prestado y me quede endeudada para toda mi vida. Me da igual. Pero mi padre no se muere pasando necesidades.

¿Y esa tipa viene a lamentarse de que su padre no tuvo lo necesario en sus últimos días? ¿Y acaso la culpa no es tuya, merluza? Dinero tienes y tenías para andar con tus movidas, tus amiguetes y tu vida alternando en sitios caros... ¿no hubo un céntimo para cuidar a tu padre?

...estás ofendiendo y asustando a quienes van a la sanidad pública porque no tienen otra opción. Ellos son los que tienen derecho a mantas y a todas las atenciones, y gratis, porque las necesitan y no pueden pagarlas. Y me consta que las tienen, porque yo, desgraciadamente, he estado muchas veces en hospitales públicos y tanto el trato como la atención médica han sido excelentes.

Y a ti, pija-progre resentida, incoherente y desagradecida, demasiado te dieron cuidando a tu padre, porque quien tenía la obligación de pagar las mantas, el agua y los médicos eres tú, que puedes hacerlo; y debiste dejar libre la cama de ese hospital para que la ocupara alguien más necesitado.