sábado, 31 de marzo de 2012

FRACASO DE LA IZQUIERDA








 





LAS RAZONES DEL FRACASO DE LA IZQUIERDA.


La izquierda europea pasa por momentos críticos. En Francia, uno de los países en los que tradicionalmente la izquierda ha tenido mayor peso político, los ciudadanos llevan dieciséis años votando a presidentes de la República de derechas. En Alemania, el centro-derecha de la CDU gobierna con comodidad desde hace seis años. En el Reino Unido, la derecha conservadora ha vuelto a recuperar el poder. En Italia, Berlusconi lleva gobernando casi una década, con el paréntesis de Prodi. Portugal, además de revalidar al derechista Cavaco como presidente de la República, ha vuelto a elegir un gobierno de centro derecha, el liderado por Passos Coelho.  En la tradicionalmente socialdemócrata Suecia, gobierna la derecha desde 2006. Y, en España, todo hace prever una victoria del centro derecha en las próximas elecciones generales, salvo mayúscula sorpresa.


1.- La principal razón del fracaso electoral de la izquierda radica en su fracaso ideológico. El socialismo real fue derribado en 1989 y, con el derribo del Muro de Berlín, buena parte de los cimientos sobre los que se sustentaban los planteamientos políticos de los partidos obreristas y socialdemócratas europeos quedaron reducidos a escombros. El ataque al capitalismo, las críticas a la economía de libre mercado, la defensa de la empresa pública, el rechazo a la figura del emprendedor, la apelación a la lucha de clases, la defensa de las dictaduras comunistas y el rechazo explícito a principios y valores como el esfuerzo personal, el trabajo bien hecho y su recompensa, el mérito y la autoridad, inspiraban los programas políticos de la izquierda antes de 1989. 


Su problema es que, en buena medida, estos mismos planteamientos han seguido impregnando los programas políticos de la izquierda europea desde entonces. En el año 1989, el mundo cambió. Una ideología, el socialismo, fracasó. Sucumbió ante otra ideología ganadora, el liberalismo, pero la izquierda  política no ha parecido darse por aludida. 

Como explicaba Tony Blair en una entrevista concedida recientemente a un medio de comunicación español, el problema de la socialdemocracia europea es que no ha sabido reinventarse desde 1989. Blair lo sabe muy bien, porque su «nuevo laborismo» no dejaba de ser un proyecto político de apostasía cuasi explícita del socialismo y de apuesta ideológica casi indistinguible en muchos aspectos del liberal-conservadurismo moderado, aderezado con un extraordinario liderazgo personal que aprovechó el enorme vacío que el abandono de Margaret Thatcher dejó en la derecha británica.



2.- La segunda razón del fracaso político de la izquierda europea es la decisión de la mayoría de los partidos de este corte ideológico de sustentar sus estrategias electorales en sumar mayorías mediante la «compra» de apoyos políticos de minorías y colectivos heterogéneos, a los que se promete esto o aquello. Mientras la economía crece y genera ingresos públicos suficientes para transferir rentas a estos colectivos, es posible ganar elecciones y mantener el poder, pero cuando el dinero se esfuma de manos de una crisis, el castillo electoral se derrumba inevitablemente, porque no es posible seguir «comprando» a esos colectivos y, más allá de eso, el proyecto político carece de contenido real.



3.- La tercera razón es la incoherencia personal en la que buena parte de los políticos –y autodenominados intelectuales– de izquierda europeos han vivido y siguen viviendo en la actualidad. Critican el capitalismo de libre mercado, pero les encanta vivir en él. Hacen guiños a las dictaduras comunistas, pero jamás se les ocurriría vivir en ninguna. Hacen discursos obreristas y populistas, pero viven en los mejores barrios, que es donde quieren que se eduquen sus hijos. Defienden la escuela pública, pero llevan a sus hijos a colegios privados. Critican a los Estados Unidos, pero mandan a sus hijos a estudiar a sus universidades. Critican a la industria cinematográfica estadounidense, pero se mueren por ganar un Oscar de Hollywood.  



4.- La cuarta razón del fracaso de la izquierda es la profesionalización de sus cuadros políticos. En muchos partidos de izquierda, sus dirigentes y cuadros han conseguido blindarse de sus sucesivos fracasos, de tal manera que el objetivo de ganar elecciones ha quedado supeditado al de la supervivencia personal. Su objetivo no es ganar; es permanecer en los aparatos de los partidos, aunque sea atrincherados en la derrota permanente. 


La derecha liberal está ganando la batalla de las ideas, y esa es la razón principal de sus victorias electorales.


Y está ganando esta batalla a pesar del embate sufrido tras la crisis financiera mundial, la «Gran recesión», que ha querido ser utilizada por la izquierda como un ariete ideológico contra el capitalismo, contra la economía de libre mercado, contra todo eso que suele agruparse en torno a la palabra «neoliberalismo». Como si la libertad fuera algo nuevo.


La derecha liberal está ganando elecciones porque se sustenta en ideas ganadoras y generadoras de prosperidad: la libertad, frente al intervencionismo;  la sociedad abierta, frente a sus enemigos; el mérito, frente al igualitarismo; el esfuerzo y su recompensa, frente al redistribucionismo ilimitado; la igualdad ante la ley, frente a la igualdad mediante la ley.  Y las buenas ideas, puestas en práctica, se traducen en buenas políticas, que siempre acaban por dar buenos resultados electorales.


Jaime García Legaz
Economista del Estado.
(La Razón)

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