lunes, 20 de mayo de 2013

CRITICANDO A PAUL KRUGMAN










CRITICANDO A PAUL KRUGMAN.

LD (M. Llamas / J.R. Rallo) Pocos economistas dudan ya de que la actual crisis económica tiene su origen en la expansión crediticia que propició la laxa política monetaria (bajos tipos de interés) de los bancos centrales durante los últimos años, en especial, la desarrollada por la Reserva Federal de EEUU (FED), tal y como ha explicado Libertad Digital. Hasta tal punto esto es así que el propio ex presidente de la FED, Alan Greenspan, tuvo que salir al paso de las duras críticas a su gestión en un artículo publicado en The Wall Street Journal en donde, sin éxito, intentó eludir responsabilidades.

Y es que, el estallido de la actual crisis económica ha evidenciado los grandes fallos del anteriormente conocido como el Maestro. Sin embargo, Greenspan no actuó solo. El afamado economista Paul Krugman no sólo aplaudió sino que recomendó encarecidamente a Greenspan la política de bajos tipos de interés que posteriormente puso en práctica.

En el año 2002, EEUU estaba inmersa en una dura recesión económica como consecuencia del estallido de la burbuja tecnológica de las puntocom y los atentados terroristas del 11-S contra el World Trade Center en 2001. La primera potencia mundial sufría una grave crisis económica. Fue entonces cuando Krugman lanzó su receta contra la recesión. En concreto, el 2 de agosto de 2002, Krugman escribió en su columna del New York Times lo siguiente: 

"Para combatir esta recesión, la Fed necesita contestar con mayor brusquedad; hace falta incrementar el gasto familiar para compensar la languideciente inversión empresarial. Y para hacerlo, Alan Greenspan tiene que crear una burbuja inmobiliaria para reemplazar la burbuja del Nasdaq".

He aquí la solución del afamado economista: crear una gran burbuja inmobiliaria capaz de sustituir el artificial boom tecnológico que acababa de estallar. Es decir, animó y apoyó la brusca bajada de tipos aplicada por Alan Greenspan para salir de la recesión mediante una nueva expansión del crédito. El problema es que dicha política monetaria ha sido la principal culpable de la crisis económica que hoy padece medio mundo.
Tal y como explica el Observatorio de Coyuntura Económica del Instituto Juan de Mariana (OCE) en su primer boletín económico, "la actual crisis de las hipotecas subprime tiene su origen más inmediato en la política de expansión del crédito que la FED comenzó a principios de 2001 y que se vio enfatizada por los atentados del 11-S".
Como vemos en el gráfico, los tipos cayeron desde el 6,5% en diciembre del 2000 hasta el 1% en junio de 2003, nivel en el que se mantuvieron durante un año".
"A partir de 2004, el temor de las tensiones inflacionistas, que ya comenzaban a apreciarse, por ejemplo con la depreciación del dólar frente al euro".
"La Reserva Federal revertió su política y los llevó hasta el 5,25% en junio de 2006 [...] Esta oscilante política de tipos de la FED es la causa primera de la crisis de las hipotecas subprime",que estalló en agosto de 2007. "En primer lugar, los bajos tipos de interés permitieron a multitud de prestatarios de dudosa solvencia acceder al crédito necesario para adquirir una vivienda. Al concertar préstamos a tipo variable, estratos muy importantes de la población que no se habrían planteado adquirir una vivienda en propiedad, afluyeron en tropel al mercado inmobiliario", indica el OCE.
De este modo, nace la burbuja inmobiliaria que, posteriormente, estalló en EEUU en 2006, y en España y medio mundo a partir de mediados de 2007. Krugman logró su objetivo al ver materializada su particular receta contra la crisis de las puntocom: sustituir la burbuja tecnológica de finales de los 90 por una gran burbuja inmobiliaria.


Lo curioso es que, pese a su magnífica solución, Krugman obtuvo el Premio Nobel de Economía en 2008 y el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en 2004. En la actualidad, además de ser un reputado columnista del New York Times, es uno de los economistas de referencia para el presidente de EEUU, Barack Obama, y el español, José Luis Rodríguez Zapatero.
Krugman responde
Este descubrimiento, destapado por el blog econlog, ha generado en los últimos días un gran escándalo entre los economistas, sobre todo entre los liberales. De hecho, el propio Krugman ha tenido que salir al paso de la oleada de críticas vertidas contra él. El Nobel ha intentado disculparse en su blog diciendo que la gente lo está acusando de haber causado la burbuja inmobiliaria cuando, en realidad, de lo que se le acusa es de recomendar a Greenspan lo mismo que ahora recomienda a su sustituto en la FED, Ben Bernanke: bajar tipos de interés e, incluso, abogar por crear elevada inflación como sea para animar de nuevo el consumo y la inversión.
Al hilo de esta polémica, el Instituto Ludwig von Mises ha recopilado una selección de citas de Krugman durante aquellos años, en los que abogaba por crear burbujas inmobiliarias para salir de la recesión provocada por el estallido del boom tecnológico:
8 de agosto de 2001: "Los tipos de interés a largo plazo no han caído lo suficiente como para provocar un boom en el mercado de la vivienda"
14 de agosto de 2001: "Los consumidores, que tienen escaso ahorro y endeudamiento elevado, probablemente no pueden contribuir mucho. Pero la vivienda, que es muy sensible a los tipos de interés, podría ayudar a generar una recuperación".
7 de octubre de 2001: "Los tipos de interés bajos, que promueven el gasto en vivienda y otros bienes duraderos, son las principales respuestas" a la crisis.
Y así, sucesivamente. La teoría económica keynesiana del afamado economista se ha derrumbado nuevamente.

5 comentarios:

A. Blanco dijo...

Me ha hecho usted sonreir, Sr. Urbina. Ha sido rápido sacando el revolver, aunque este artículo es de 2009. Pero en la guerra todo vale, ya se sabe.

Sebastián Urbina dijo...

En primer lugar, no hay una guerra. En segundo lugar, más mérito si es de 2009. Ahora, en 2013, es más fácil criticar a Krugman y cia.

En cualquier caso, lo importante son los argumentos y los hechos. ¿Qué ha sucedido? ¿Qué se había pronosticado? ¿Quien? ¿Qué medios eran los adecuados para salir de la crisis? Claro que algunos siguen pensando que Roosvelt adelantó la salida de la crisis con sus medidas keynesianas.

A. Blanco dijo...

Yo, verá, creo que ahora es más fácil criticar las tesis del liberalismo duro o de la escuela Austríaca, a la que tanto apela usted en sus textos.
Con esto de los liberales (de ciertos liberales, claro, pues no es lo mismo un Rawls que un Hayek, un Dworkin que un Nozick) pasa una cosa curiosa: después de 30 años de políticas de liberalización de la economía (ya sabe, las que empezaron con Reagan y Thatcher), la culpa de las cosas negativas o desagradables que pasan sigue siendo siempre de los otros, del socialismo, del Estado, de la intervención...

Es cierto, no hay ninguna guerra. Y también es cierto que lo importante son los hechos y los argumentos. Y ahí será decisivo ver cómo establecemos la relación causal entre unos hechos y otros,qué explicación somos capaces de articular para dar sentido a lo que sucede. Por eso, aunque los hechos sean unos, hay posibilidad de diversas visiones sobre la realidad. Tantas como para defender, como yo, que el New Deal tuvo muchos efectos (no todos, claro) positivos.

Sebastián Urbina dijo...

El último párrafo es el que comparto más.

Sí al primero, porque mucha gente cree que es así. Yo creo que no es así.

Del segundo párrafo está muy bien la distinción entre Rawls, Nozick, Dworkin Hayek. Así es. Pero no es cierto que la 'revolución liberal' inciada por Thatcher-Reagan llegara hasta el final. En absoluto. Sirvió para cambiar algunas cosas, liberalizándolas,(más en UK que en USA, seguramente por los gastos militares) pero los Estados han seguido regulando y regulando. Y el número de funcionarios ha seguido aumentanto y aumentando. Por ejemplo, el Estado español controla el 50% del PIB. ¿Cómo se puede hablar de triunfo del liberalismo? Yo aceptaría un 25%. No soy un fanático y no creo que podamos volver al 5% que controlaba el Estado en los tiempos de la Commonwealth. Para resumir, me siento bastante cercano a Hayek. Aunque no me gusta llevar los principios hasta las 'ultimas consecuencias'. Suele ser desastroso.

Sebastián Urbina dijo...

Hablando con usted me he acordado del libro de Guy Sorman 'La economía no miente'. Sólo es una opinión, por supuesto. Por otra parte, es posible que las opciones primarias (keynesianismo y liberalismo económico representan alguna forma de socialismo o bien alguna forma de liberalismo politico)no cambien fácilmente. Aunque se pueda convivir pacíficamente. Y se deba.