El temor reverencial con que los políticos
distinguen a los sindicatos permanece incólume y da igual que en Moncloa
esté instalado Mariano Rajoy o José Luis Rodríguez Zapatero. Las
centrales sindicales han perdido fuerza en la empresa privada. Los
trabajado-res saben que los sindicatos, para justificarse, plantean unas
exigencias cuyo resultado en muchas ocasiones ha provocado el cierre de
las compañías dejando en el paro a sus empleados.
Las centrales
sindicales se han hecho fuertes en la empresa pública, en el
funcionariado y en las instituciones del Estado, cuyos dirigentes, que
están de paso, tienden a ceder ante las presiones sindicales.
El profesor José Luis Feito, presidente del Instituto de Estudios Económicos, demostró de forma incuestionable que un 40% de los 6.200.000 parados deben su situación a la desmesura de una actividad sindical claramente perjudicial en demasiadas ocasiones.
(Luis Maria Ansón/El Imparcial)
1 comentario:
Estimado colega:
En mi opinión parece ser que es al revés: "Mamporrero sindical" o mercenario laboral(1), -en el uso habitual de esta sociedad- es el que sirve a los intereses burgueses capitalistas –responsable en un 90% de la actual situación de esclavitud laboral moderna. Léase mamporrero:
Pronunciación: [ mam.poˈre.ɾo ] (AFI)
Etimología: de mamporro y el sufijo -ero
Adjetivo
Singular Plural
Masculino mamporrero mamporreros
Femenino mamporrera mamporreras
1
Que ayuda en la reproducción de los animales domésticos, especialmente los caballos, guiando el pene del semental a la vagina de la yegua
Ámbito: España
Uso: Se emplea también como sustantivo
2
Por extensión, que ayuda en una tarea física o moralmente repugnante
Ámbito: España
Uso: Se emplea también como sustantivo, despectivo
________________________________________
(1)El problema, o la tristeza, nace cuando trabajamos solo (o esencialmente) por dinero, sin otro propósito particular. Esto nos catalogaría como “mercenario laboral”. Una persona que vende sus ideales por dinero, sea en el mundo antiguo o en el presente, es un mercenario. Y no nos digamos mentiras, las grandes guerras de nuestra generación se luchan en cubículos. Somos mercenarios, aunque nos de pena decirlo, pero lo somos.
________________
Atte.
Koldo Azpéitia.
Publicar un comentario