martes, 6 de abril de 2010

EL ODIO CIEGA TUS OJOS, PEDRO SERRA.










  • EL ODIO CIEGA TUS OJOS, PEDRO SERRA.

  • Reconozco que me resulta casi divertido el empeño entusiasta de Pedro Serra por verme procesado y, a ser posible, condenado y me pregunto si también colgado de un árbol. No en vano soy casi la única pluma que, desde hace tiempo, se ha enfrentado a los usos y abusos de este mafioso (presunto, como dicen cuando se refieren a mi persona) editor. Voy más lejos: mientras no se investigue en serio a este sujeto la lucha de estos peculiares, arbitrarios y selectivos fiscales mani puliti no se habrá completado el saneamiento real del espacio corrupto de Baleares.
  • Si Serra no fuera tan bobo y el odio no le cegara sus ojos y su inteligencia, no sólo no alentaría mi procesamiento, sino que trataría de evitarlo por todos los medios. Me explicaré. Una de las ventajas de estar “imputado” es que se tiene acceso al sumario y que se pueden instar, en aras del principio de contradicción y de legítima defensa que rigen en el proceso penal, aquellas pruebas que permitan contextualizar las acusaciones y ponderar la justicia o injusticia de lo que se me imputa. No hay mal que por bien no venga.
  • Hay una cuestión que deberá dilucidarse inexcusablemente si mi proceso sigue adelante a través de un análisis comparativo que permita ponderar si la legítima subvención obtenida en impecable lid a la Agencia Balear de Noticias es una muestra de favoritismo de Matas o si es una gota de agua en el océano subvencionador a los medios de comunicación, donde Serra brilla con escandaloso protagonismo. Dicho con otras palabras: para ponderar la justicia, a través de concurso público, de una subvención de unos 270.000 euros- no 450.000 como dicen Horrach y Castro y repite disciplinadamente Serra, mintiendo los tres- hay que conocer el volumen y reparto de los fondos públicos adjudicados, por todos los conceptos, a los medios de comunicación durante los años 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008. 2009 y 2010. De esta aportación documental podremos deducir si Matas, Munar…y Antich han actuado con especial favoritismo respecto de Agencia Balear de Noticias y respecto de Pedro Serra, por ejemplo. O respecto de Diario de Mallorca, también por ejemplo. También este análisis comparativo nos permitirá evaluar la neutralidad, ecuanimidad y decencia de los fiscales a la hora de repartir mandobles de forma selectiva y exigir imputaciones de forma más selectiva aún.
  • Adelanto mi tesis: el trasvase de dineros públicos a las arcas de Pedro Serra deja casi en ridículo los trasvases de dineros públicos que se imputan a Munar y a Matas. Estoy hablando de miles de millones de antiguas pesetas que, con cargo a los dineros de los ciudadanos- como gustan repetir Castro y Horrach- han ingresado en las cuentas de Serra y de sus empresas. De ahí que resulte sangrante que Serra tenga el tupé y la barra de cuestionar los honorarios de un serio trabajo profesional y la subvención obtenida legítima y lícitamente por el espléndido proyecto de una agencia de noticias autonómica, como las que existen en prácticamente en todas las autonomias españolas. Y de ahí, sobre todo, que me resulte divertido el espectáculo de un Serra cegado por el odio que, al tiempo, está cavando su propia fosa. Adelante, Don Pierino: me encanta el envite. Hace tiempo que lo esperaba y este momento está a punto de llegar.

Postdata: Para ilustración de Pedro Serra le diré que, a la hora de minutar los trabajos profesionales, se ponderan los siguientes ítems: tiempo invertido, precio de la hora de trabajo, niveles de asistencia asesora- personales y en obra escrita- nivel profesional del asesor, background que define la cualificación- hay mucho trabajo, mucho estudio y muchas lecturas tras el asesoramiento- y gastos generales de la empresa a repercutir en la minutación. El problema, Serra, es que usted, por ejemplo, es incapaz de escribir una sola línea de los discursos, conferencias y demás documentos aportados por la asesoría de mi empresa. Lo escandaloso es que usted “minuta” de otra manera y a unos precios que, sencillamente, marean.

(Antonio Alemany/LB)

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