Lunes , 12-04-10
Amnistía significa olvido a efectos legales. Cuando las gentes de izquierdas la reclamábamos desde la calle sabíamos que era el paso a la convivencia. Se solicitaba amnistía al poder, lo que suponía un reconocimiento doble por parte de la izquierda: por un lado, la propia menesterosidad; por otro la legitimidad del poder que había en esos momentos y que era el representado por Adolfo Suárez y el de la Monarquía. Desde la calle pedíamos la amnistía en nombre de los vencidos, muchos aún exiliados. Para que la guerra civil quedara en pura materia de historiadores. Reclamábamos memoria colectiva para no caer en nuevos errores y horrores.
Con las izquierdas se manifestaron por la amnistía luchadores por la democracia que venían del lado de los vencedores de la guerra, como Ruiz Giménez, Areilza, Ridruejo, Laín, Aranguren... ¿Salió a la calle el juez Garzón para reivindicar la amnistía? ¿O estaba a la izquierda del PCE? Porque Carrillo sí tenía una idea clara de los objetivos que tenían las manifestaciones pro amnistía que él montaba a través del «Partido». Su vuelta a España y la legalización del «Partido» dependían del éxito de aquellas. Como era necesario el olvido legal de los miles de asesinatos de Paracuellos del Jarama. Como el de tantos ajustes de cuentas a lo largo de la guerra entre comunistas y trotskistas, comunistas y anarquistas y de comunistas y socialistas en tiempos de Casado... y de Wenceslao Carrillo. Había que pasar página de sangre, y se hizo con tal éxito que políticos de UCD, AP, PSOE y PCE pudieron vender el éxito de la operación por el mundo entero.
No lo entiende así «New York Times» al decir que «España necesita un honesto ajuste de cuentas con su problemático pasado» pero ¿qué ajuste de cuentas sobre nuestro pasado defiende «El País» al considerar insuficiente la amnistía? ¿Acaso su propia existencia no se debe al espíritu que presidió aquella medida? (C. Alonso de los Rios/ABC)
No lo entiende así «New York Times» al decir que «España necesita un honesto ajuste de cuentas con su problemático pasado» pero ¿qué ajuste de cuentas sobre nuestro pasado defiende «El País» al considerar insuficiente la amnistía? ¿Acaso su propia existencia no se debe al espíritu que presidió aquella medida? (C. Alonso de los Rios/ABC)
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