sábado, 5 de junio de 2010

PROGRES DE MIERDA.









LOS HÉROES DE LA PRENSA ESPAÑOLA

Así piensan los pacifistas de la flotilla: "¿Cuántos 11-M u 11-S necesitamos?"

Manuel Tapial es uno de los españoles que viajaban en la flotilla pacifista y solidaria. Un héroe para buena parte de la prensa española. Sólo hace un año defendía "la autoridad moral" de Hamas para matar israelíes y se preguntaba "¿cuántos 11-M u 11-S necesitamos?" (LD)


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¡JODIDOS JUDÍOS!

Sábado , 05-06-10 (ABC)
DICE Cioran que, si ser hombre es un drama, ser judío es un drama añadido. Amargo privilegio de ser eso que el más pesimista de los pensadores describe como un «ser nosotros más allá de nosotros mismos». El pueblo judío ha servido de espejo sobre el cual exorcizar nuestros terrores. «Nuestras calamidades, los quiebros de nuestra vida son para ellos desastres familiares, rutina». De la cual no estamos dispuestos a eximirlos. Su condición sagrada, para nosotros, es la de ser víctima propiciatoria.
Lo de estos días no es nuevo. Perversos judíos se entregan a su favorito placer de dar cruel muerte a mansos inocentes: vale para la operación militar contra la flotilla de Hamás, exactamente igual que valió para el martirio del santo niño de la Guardia. No hay por qué dar razón de la perversidad judía: perverso y judío son sinónimos. Así, en la fantástica viñeta de un respetable diario español al día siguiente del asalto: mar ensangrentado y reflexión sesuda: «La sangre es la única razón de la bestia». Pero he dicho «antisemita», ¡qué locura! Ninguno de los solidarios progresistas que salen en defensa de la operación de Hamás para romper el bloqueo y facilitar la instalación de misiles iraníes en Gaza, aceptaría ser cubierto por un adjetivo al cual la sangre de seis millones de civiles asesinados da un tinte poco estético. No, ellos no son antisemitas, son antisionistas; sin comparación, más respetable. Es una vieja historia. «¿Y qué es el antisionismo? Es la negación al pueblo judío de un derecho fundamental que acordamos libremente a todas las naciones de la tierra. Es la discriminación hacia los judíos, amigo mío, porque son judíos. En una palabra, es antisemitismo. La época ha hecho que, en Occidente, sea impopular proclamar abiertamente el odio hacia los judíos. Siendo así, el antisemitismo debe inventar a cada momento nuevas fórmulas y nuevos foros para dar rienda suelta a su veneno... Cuando la gente condena el sionismo está condenando a los judíos». Palabras de Martin Luther King en agosto de 1967.
A toda nación constituida reconocemos el derecho de proteger sus fronteras y hacer frente a quienes las amenacen. Desde el día mismo de su independencia, hace ya más de sesenta años, Israel vive una guerra con vecinos que no aceptan más tratado de paz que aquel que incluya su borrado del mapa. Pero cualquier acto de defensa militar israelí lo acogemos como el más inhumano de los crímenes. Putin puede hacer exterminar a trescientos mil chechenos en nombre del antiterrorismo; no pasa nada. Cuando Israel impone un bloqueo sin el cual la organización terrorista que gobierna en Gaza podría instalar en su frontera el armamento nuclear que Ahmadineyad fabrica, los buenos sentimientos europeos tiritan: ¿pero, cómo osan estos judíos comportarse como una nación de pleno derecho? En el límite, la gran propaganda mediática ni siquiera busca ya acusar al derechista primer ministro Netanyahu, ni a su socialista ministro del Ejército, Barak. Son los judíos, o más bien lo judío, los verdaderos portadores de la culpa imborrable: culpables de asesinar a Dios, primero; culpables, después, de empecinarse en sobrevivir durante casi dos milenios privados de territorio; culpables de seguir empecinándose hoy en ser Europa -razón y democracia- cuando Europa ya no existe.
Sí, lo judío es verdaderamente imperdonable. Hassán II, en un chispazo de cinismo a la altura de su condición divina, decía que «el odio a Israel es el afrodisíaco más potente para los musulmanes». ¿Sólo para los musulmanes? Desde luego, en el «Mavi Marmara», el Barco del Amor, tenían la libido muy alta.

4 comentarios:

Lectora dijo...

El problema también radica en que cualquier crítica a Israel es tachada de odio hacia lo judío.
Es criticable como el resto.

Si hubieran creado el artificial estado de Israel en California nos habríamos ahorrado muchos problemas.

Anónimo dijo...

Israel es criticable, pero no se le debe criticar cuando, como ahora, actúa correctamente.

Da la impresión de que la izquierda española tiene muchas ganas de que España se vea sometida a El Islam:

Se persigue a la Religión Católica, intentando erradicarla de la educación, de la vida diaria de los españoles en general.... y ahora también de los actos militares.

A la vez, todo son facilidades para que los musulmanes practiquen su religión, que sus mujeres vistan como les de la gana y que sus prácticas religiosas se respeten aunque atenten contra nuestros principios fundamentales. Los musulmanes están adquiriendo una libertad de culto en España de la que empiezan a carecer los católicos.

Y por último, ¡cómo no!, ataques continuos a Israel porque se defiende de quienes abiertamente buscan su exterminación.

¡Pedazo de papanatas!!!¿Qué se creen que será de nosotros si todos estos "pobrecitos musulmanes", y "pobrecitos palestinos" terminan por conseguir lo que andan buscando con todo el beneplácito y ayuda de los progres de mierda?

Veo a mis nietas con la cabeza y la cara tapadas, sin clítoris, y muriendo bajo una nube de piedras si un día se les ocurre dar un beso a su novio... Y todo gracias a estos grandes defensores de la libertad y la tolerancia que nos gobiernan. ( Y de los membrillos que les secundan)

Lectora dijo...

A mi lo que me da la sensación es que Europa se ha convertido en el tablero de ajedrez entre unos y otros, basta ya.
Europa, antes la Cruz, ni es el Islam, la media luna, ni es el Judaismo, la estrella, ni malditas las ganas de tener nada que ver con ninguno de los dos últimos.

Cada uno en su casa y Dios, Yahvé o Mahoma en la de todos.

En el fondo, muy en el fondo, sigue siendo una guerra entre las tres Religiones del Libro, solo que Europa se ha vuelto atea y ahora es visto como territorio de conquista.

Ni Coca-Cola ni Mecca-Cola oiga, yo mi cerveza y que me dejen en paz, allá se las entiendan, cada palo que aguante su vela, vamos que les zurzan a ambos.

Anónimo dijo...

Yo no he oído a ningún judío pidiendo que le devuelvan la casa de sus ancestros en Toledo, ni pretendiendo que España sea judía, ni nada de nada. Que yo sepa, los judíos solo quieren que se les deje vivir tranquilos en la tierra que era suya desde hace mucho más de 2.000 años.

En cambio, estoy oyendo, y ya van varias veces, que unos cuantos moritos fanáticos me dicen que Al-Andalus ( que no es solo Andalucía sino toda España) es suya y la van a recuperar, y que España volverá al Islam, y que viva Alá que es el más grande.

Y eso me preocupa.

Creo que no se trata solo de que Europa sea su tablero de ajedrez, sino de que unos nos quieren merendar impunemente, acabando con nuestra cultura y nuestra forma de vida, mientras que los otros, los judíos, solo quieren vivir tranquilos en su tierra. Por eso creo que no es lo mismo la postura de los árabes y la de los judíos, y por eso estoy en contra de unos y a favor de los otros.