FÓSILES VIVIENTES

3/10/2008.

FÓSILES VIVIENTES.

(PD).- La izquierda ni piensa, ni actúa, ni arriesga "una pizca" y queda patente su cobardía en que se queda "impávida" ante una "burla cancerígena" como la de las hipotecas en los Estados Unidos, se lamenta en su blog el escritor José Saramago, miembro del partido comunista.

Saramago, de 85 años, afirma en una página de su "cuaderno" titulada "¿Dónde está la izquierda?" que, a pesar de la situación en el mundo, "la izquierda, cobardemente, sigue no pensando, no actuando, no arriesgando ni una pizca".

Ya hace "tres o cuatro años", recuerda, afirmó en una entrevista que "la izquierda no tiene ni puta idea del mundo en el que vive" y vio cómo esa "piedra" "deliberadamente provocadora" cayó en "el putrefacto charco de la indiferencia" y fue acogida "con el más gélido de los silencios".

Destacado miembro del Partido Comunista

"Nada de nada, silencio total, como si en los túmulos ideológicos donde se refugian no hubiese nada más que polvo y telarañas, como mucho un hueso arcaico que ya ni para reliquia serviría", dice, por eso, confiesa, se sintió "durante algunos días" excluido de la sociedad "como si fuese un apestado, víctima de una especie de cirrosis mental que provocaba que no diera pie con bola".

El tiempo fue pasando, relata, y la situación del mundo se complicaba "cada vez más", y la izquierda, "impávida, seguía desempeñando los papeles que, en el poder o en la oposición, les habían sido asignados".

Él, que mientras tanto había descubierto que Marx "nunca había tenido tanta razón como hoy", supuso cuando hace un año reventó "la burla cancerígena" de las hipotecas en los Estados Unidos, que la izquierda "abriría por fin la boca".

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La diferencia entre una persona de gran valía intelectual, como Carlos Marx, y un señor que escribe bien, o muy bien, y ha obtenido el Premio Nobel de Literatura, es que este último es capaz de decir la idiotez: 'Marx, nunca había tenido tanta razón como hoy'.

En cambio, la profunda inteligencia de Marx habría entendido la historicidad del saber socioeconómico. Jamás habría canonizado a 'otro Marx'. Habría investigado el presente sin textos canónicos que, supuestamente según Saramago, le permitirían entender un presente muy diferente al pasado. En otras palabras. Una cosa es respetar la aportación de Marx a la historia de las ideas (con las críticas que haya que hacer, que las hay) y otra cosa es tratarlo como si fuera un dogma viviente. Marx nunca lo habría aceptado.

Saramago, no hagas el ridículo.

Sebastián Urbina.